Poco se sospechaba él
Me hace gracia en la película Más extraño que la ficción el personaje de Dustin Hoffman, teorizador literario. La película es una especie de versión americana de Niebla, quitándole toda la niebla, claro; en realidad es bastante flojilla como película metaficcional, no le llega a la suela del zapato a la divertidísima Adaptación: El ladrón de orquídeas. Sin contar con que ésa realmente tomaba para su adaptación la historia de una novelista que existe realmente, a la que no sé cómo convencería Charlie Kaufmann de trabajar en el proyecto: deben de ser amigos, digo yo...
Bien, pues ésta otra, Stranger than Fiction, es un poco incoherente (aun para película metaficcional que fusiona niveles de realidad y ficción), pues la autora protagonista parece estar escribiendo un libro en el cual ella no aparece, con lo cual el personaje que oía a la voz narrativa en su cabeza tampoco parece que pueda ser el personaje que vemos, y que ella también ve con sorpresa morrocotuda, pues el personaje de su libro es gris y desde luego no parece que se encuentre a su autora en la novela que ésta estaba escribiendo. Aunque igual más bien la autora reescribe su novela en clave metaficcional tras encontrarse al personaje... y se topa así con el veredicto del crítico: "’Bueno. No es la cima de la literatura. Pero pasable.’ Un aprobado."
Porque como en toda historia metaficcional hay un crítico, un entendido en argumentos, en este caso Dustin Hoffman. Que tampoco está especialmente bien llevado: lo que me ha llamado la atención es que no sólo tenía en la mano una revista para la cual acabo de hacer un informe, Poetics Today, sino que además, al parecer, ha trabajado sobre la ironía y la retrospección y la forma narrativa y la metaficción, como yo. Interrumpe al protagonista, que oía la voz de la narradora en su cabeza diciendo "Poco se sospechaba él..." (traducción libre), y exclama: "¿Poco se sospechaba él? ¡Pero si yo he hecho seminarios sobre "poco se sospechaba él"!
Bueno, pues yo también, sorpresa. Poco se lo sospechaba él. Stranger than metafiction.
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