Semiología del personaje literario
Semiología del personaje literario
Notas extraídas del artículo de  Philippe Hamon, "Pour un statut sémiologique du personnage." Segunda versión, aparecida en Roland Barthes et al., Poétique du récit (Paris: Editions du Seuil, 1977). 115-180.
  
 
 Hacia una constitución semiológica del personaje
 
 Según Genette, la psicología está en el texto, en las condiciones de  verosimilitud de la época, y no en "el personaje". Sin embargo, los  modelos psicológicos (character)  y dramáticos de caracterización de los personajes siguen siendo los  predominantes. Esto se ve reforzado por el psicoanálisis. No tiene  sentido el psicologismo aplicado a los personajes. Un análisis  estructural del personaje puede plantearse únicamente en el seno de una  semiología más desarrollada que la actual.
 
 El personaje no es necesariamente una noción literaria, ni  antropomórfica; es una reconstrucción del lector tanto como una  construcción del texto. Pero la semiología no explica todo: también está  el juego aparte de la comunicación. Además, cada texto tiene su propia  "gramática". Hay diferentes niveles que tener en cuenta: Napoleón no es  el mismo personaje en la historia y en la novela de Tolstoy.  
 
 Podemos distinguir tres tipos de signos: referenciales, deícticos (como  los conmutadores) y anafóricos (los que remiten al enunciado, al texto  mismo). Del mismo modo, pueden distinguirse:
 - Personajes referenciales: históricos, mitológicos, o sociales... por  ejemplo personajes-tipo como "el obrero". Remiten a una significación  cultural, y producen, cuando son reconocidos, un "efecto de realidad".
 - Personajes-conmutadores: portavoces, coros, interlocutores socráticos, charlatanas, etc.
 - Personajes-anáfora. Son signos mnemotécnicos para el lector. Son predictores, o bien tienen memoria, etc. (Los informadores de Propp). Son elementos con función organizativa y cohesiva.
  
 Un personaje dado puede ser polivalente.
 
 124- Hamon define al personaje, desde el punto de vista semiológico,  como un morfema de doble articulación, migratorio, manifestado por un  significante discontinuo (constituido por un determinado número de  marcas) que remiten a un significado discontinuo (el "sentido" o el  "valor" de un personaje): será definido, por tanto, por un haz de  relaciones de semejanza, de oposición, de jerarquía y de ordenación (su  distribución), relaciones que contrae en el plano del significante y del  significado, sucesiva y/o simultáneamente, con los otros personajes y  elementos de la obra, ya sea en un contexto próximo (con los otros  personajes de la misma novela, de la misma obra) o en contexto lejano (in absentia: con los personajes del mismo tipo).
 
 
 1. El significado del personaje
 
 El personaje puede considerarse, siguiendo el enfoque semiológico de Jakobson, como un haz de elementos diferenciales. Se construye, no se reconoce (Lévi-Strauss). Según Todorov, es una "forma vacía que viene a ser  llenada por los diferentes predicados (verbos o atributos)" por efecto  acumulativo del texto. Las referencias históricas o geográficas se  reconocen y se comprenden a la vez, dando lugar a un efecto de real,  haciendo además que quede subrayado el destino (conocido por anticipado)  y dando lugar también a una condensación de roles estereotipados.
 
 Cada obra opone a sus personajes según rasgos distintivos: algunos  tienen más importancia que otros (oponen a todos los personajes). Pueden  clasificarse y oponerse los personajes según el número de rasgos que se  les aplican: también según las funciones que asumen. Cada rasgo es a su  vez analizable: así, el sexo no es simplemente masculino o femenino, es  también no sexuado, no femenino, etc. Esta información puede venir a través del personaje mismo o de otro. La informacióni puede presentarse como calificación, como virtualidad o como acción.
  
 Problemas para el análisis:
 
 a) Determinar los ejes semánticos, y los rasgos pertinentes en su interior.
 b) Clasificar los ejes y los rasgos en función de su "rendimiento" narrativo.
 c) Estudiar los cambios e influencias mutuas de los rasgos en el transcurso de un relato.
 d) Estudiar los haces estereotipados de rasgos que se forman y repiten.
 
 
 2. Los niveles de descripción del personaje
 
 Como los demás signos, un personaje es compuesto, y también componente: funciona en el seno de de una unidad mayor. El actante es una clase de actores, de personajes, definida por un grupo  permanente de funciones y de cualificaciones original, y por su  distribución a lo largo de un relato. El actante no coincide con el actor, puede haber sincretismos, según la descripción de Greimas. Hay que  clasificar a los actores y a los actantes. Las descripciones entendidas  como actantes colectivos.
 
 Por ejemplo, un contrato:
 
 (1) Mandato: el Destinador propone un Objeto a un Destinatario.
 (2) Aceptación o Rechazo
 (3) (Si hay aceptación): Transferencia del querer: el Destinatario se convierte en un sujeto virtual.
 (4) Realización (o no) del programa (el sujeto virtual se convierte en sujeto real).
 
 El lector puede situar a un personaje y prever ciertos desarrollos-tipo  (legibilidad del texto). El texto es más legible si los personajes están  muy configurados (si son muy típicos).
 
 El personaje se define:
 
 1) Por su modo de relación con las funciones que asume.
 2) Por su modo particular de integración (por isomorfismo, multiplicación, sincretismo) en la clase de los actantes.
 3) Por su modo de relación con los demás actantes.
 4) Por su relación a una serie de modalidades (querer, saber, poder) y su orden de adquisición.
 5) Por su distribución en el seno de un relato.
 6) Por el haz de calificaciones y de roles al que sirve de base (especialización, etc.). 
 
 
 3. El significante del personaje
 
 El significante del personaje es discontinuo. La etiqueta  de la narración clásica en tercera persona se caracteriza por el uso del  nombre propio, por la recurrencia, la estabilidad, la riqueza y la  motivación de los significantes. El texto moderno, por el contrario, por  la inestabilidad del personaje (en Beckett, o en Robbe-Grillet). Un  ejemplo de la riqueza del  significante: "él / Julián Sorel / nuestro héroe / el joven... a la vez  homogéneo y rico. El personaje es un sistema de equivalencias regladas,  destinado a asegurar la legibilidad del texto. Pero es una construcción  del texto: el nombre propio, el "vacío semántico", es llenado por  definiciones, descripciones, etc. Hay que estudiar la distribución de un  nombre u otro según el contexto, el punto de vista, etc. Hay un juego  con los sistemas de equivalencias gramaticales y su orden.
 
 
 4. (Los nombres)
 
 Hay diferentes grados de arbitrariedad en el signo. Los nombres de los  personajes no son gratuitos: pueden señalar a un sentido alegórico, un  tipo, una onomatopeya... La motivación del nombre puede ser:
 
 a) visual. Un nombre con una O puede designar a un tipo gordo.
 b) acústica
 c) articulatoria (t+k= un golpe)
 d) morfológico (derivaciones, etc.)
 
 Estos nombres son programas narrativos condensados. Pero a veces las  pistas pueden ser engañosas (por ejemplo, una "Albina" impura).
 
 
 5.
 
 Todo signo se define por sus restricciones selectivas: lingüísticas, lógicas, estéticas, o ideológicas. 
 
 El "héroe" se define por consideraciones estéticas e ideológicas. La  percepción del héroe depende del modo de presentación del texto, pero  también del universo cultural del lector. Se puede decir que un texto es  legible (para tal sociedad en tal época determinada) cuando haya  coincidencia entre el héroe y un espacio moral valorizado, reconocido y  admitido por el lector.
 
 153- El héroe o protagonista tiene una calificación, una distribución y una funcionalidad diferenciales:
 
 a) (Cualificación): El personaje sirve de soporte a un determinado  número de cualificaciones que no poseen, o que poseen en grado menor,  los otros personajes de la obra.
 
 b) (Distribución): Aparición de los personajes en momentos marcados o no marcados; aparición frecuente o no.
 
 c) (Combinación): El héroe puede combinarse con cualquier otro personaje, o aparecer solo.
 
 d) Funcionalidad diferencial. El héroe es un mediador: hace, actúa,  vence, es glorificado, sabe, participa en un contrato que lo pone en  relación con el final del relato. El héroe, sin embargo, puede ser  también cualquier actante.
 
 e) Está también convencionalmente pre-designado. Cada género tiene su héroe, designado con marcas...
 
 
 6.
 
 Puede designarse al protagonista mediante un comentario explícito. Par Lukács, hace falta un protagonista:
 
 "Toda obra cuya composición sea verdaderamente firme contiene una (...)  jerarquía. El escritor confiere a sus personajes un 'rango' determinado,  en la medida en que hace de ellos ya sea personajes principales o  figuras episódicas. Y esta necesidad formal es tan fuerte que el lector  busca instintivamente esta jerarquía" (Lukács, Problèmes du réalisme, Paris, 1975, p. 40).
 
 
 7.
  
 161-162 - "Todo enunciado se caracteriza por la redundancia de las  marcas gramaticales". "En el plano del significado, la obra (...)  empleará toda una serie de procedimientos emergentes para reforzar la  información vehiculada por y para los personajes, que son los apoyos de  la conservación y de la transformación del sentido. Es lo que los  formalistas rusos llamaban los procedimientos de 'caracterización  indirecta'." 
 
 El nombre propio del personaje, la descripción del entorno, y los signos  del personaje, están "en acorde" (por metonimia). Podría pensarse que  este procedimiento no es común en los autores realistas, pero ver Propp  107: el hábitat es para él un atributo del personaje.
 
 Según Jakobson, "el autor realista opera digresiones metonímicas de la  intriga a la atmósfera, y de los personajes al marco espacio-temporal.  Tiene avidez por los detalles sinecdóquicos" (Essais de linguistique générale, París: Minuit, p. 63).
 
 Para Wellek y Warren, "el entorno es el medio ambiente, y todo medio  ambiente, sobre todo un interior doméstico, puede considerarse como la  expresión metonímica o metafórica del personaje" (La Théorie littéraire, París: Seuil, 1971, p. 309).
 
 La descripción opera como un actante colectivo. Hay que estudiar sus  relaciones con la narración. (Ver el artículo de Philippe Hamon,  "Qu'est-ce qu'une description?" Poétique 12  (1972).) Según Bremond, casi siempre es posible convertir las  descripciones en proposiciones cuyo auténtico sujeto (desde el punto de  vista narrativo) es una persona. Podemos hablar de un antropomorfismo  del relato, de una circulación romántica entre descripción y narración.  La información sobre los personajes se determinará indirectamente.  Además es ésta una doctrina naturalista: para Zola, un personaje es "un  organismo complejo que funciona bajo la influencia de un determinado  entorno". Determinación del personaje por el entorno:
 
 - Descripción de sus vertimentas, etc.
 - Objetos auxiliares como concretización de determinadas cualidades (la maza de Hércules, etc.).
 - Referencia a historias conocidas—que pueden servir para determinar su destino.
 - El texto se repite a sí mismo, "en abîme", cuando una secuencia  particular reproduce el esquema global del relato, o cuando hay un  cuadro, una imagen, que funciona como un símbolo reduplicador. 
 - El personaje también está caracterizado por sus acciones reiteradas y no funcionales.
 
 Determinados tipos de relaciones son preferidas según los textos; además, la información puede ser única, o reiterada. 
 
 En suma, el relato está construido por signos que pueden describirse en  cuanto a su distribución, combinación, oposición... y el personaje tiene  por tanto una dimension, incluso una constitución, semiológica. 
 
 
 
 
       
		
2 comentarios
JoseAngel -
http://vanityfea.blogspot.com/2011/05/semiologia-del-personaje-literario.html
juanjo -
Estoy intentando leer tu post pero la foto de Venecia no deja leer uno de los párrafos.
Un saludo