Socialidad y perspectivismo moral, cognitivo y proairético en Hegel
Socialidad y perspectivismo moral, cognitivo y proairético en Hegel
Quiero hablar de la constitución perspectivística de la moralidad, la acción y el conocimiento en Hegel, pero primero paso un momento por la socialidad de la conciencia y de la acción en Adam Smith.
En la Teoría de los Sentimientos Morales de Adam Smith se encuentra una interesante noción sobre la acción humana en sociedad, la acción moral, como una acción inherentemente social—quiero decir no accidentalmente, sino en su mismo ser; la acción humana se produce en el seno de una sociedad y sabedora de la valoración social que va a recibir. Adam Smith postula una suerte de observador ideal, juzgador de nuestras acciones, y espectador de nuestra acción en el mundo. También señala (ver "El espectador real") que esa valoración ideal de nuestra acción con frecuencia ha de verse contrastada y regulada con la prueba de los demás—enfrentándonos a personas que juzgan nuestra acción o situación de manera distinta. Es una manera de concebir la conciencia al revés de la manera tradicional: aquí la conciencia social ha sido internalizada pero no basta para desempeñar su labor, pues tiende al autonepotismo podríamos decir o a favorecernos a nosotros mismos (decía Bob Dylan esto en "Man with the long black coat": "Preacher was a-preaching, there's a sermon he gave / Every man's conscience is vile and depraved / You cannot depend on it to be your guide / For it's you who must keep it satisfied"). La segunda consciencia, o la consciencia de la consciencia, son los otros, que nos fuerzan a vernos en parte como nos ven ellos. Sea como sea, tanto en esta interacción internalizada, como en la interacción efectiva, vemos la acción humana como acción moral, en el sentido de sometida a valoración social, y como acción que es social, interaccional, en su mismo origen, antecedentes, base y estructura. Always already social, podríamos decir, es la acción humana.
No sé si Hegel leyó a Adam Smith, si corrían en esa dirección los vientos de las influencias allá por el año 1800. Es muy posible. Sea como sea, en la Fenomenología del Espíritu, sección "Moralidad", presenta su propia versión de lo que podríamos llamar la socialidad inherente a la consciencia y a la acción. Aquí habla, p. ej., del obrar en conciencia y se aprecia el elemento de socialidad que hay aun en este momento moral autodeterminado:
Poco más adelante en la Fenomenología vemos en Hegel una noción similarmente socializada del conocimiento. El conocimiento es un fenómeno relacional, posicional, interaccional. Comenta ésto como sigue J. N. Findlay:
Así hemos de determinar nuestro propio deber, o hallar nuestra propia causa, o nuestras prioridades, frente a las de los demás, o a las que los demás nos querrían imponer—y que en tanto que no responden a esta lógica de autodeterminación, son "prescripciones inauténticas". La propia consciencia no puede renunciar a ser nuestro propio árbitro entre las solicitaciones del mundo y de la acción, y en su juicio juegan un papel nuestra situación personal, y nuestro carácter.
Es decir, en la misma manera en que conocemos un hecho, una situación, etc., como base para la acción, conocemos también que nuestro conocimiento es perspectivístico, y que no agota ese hecho o esa situación. Sin embargo, hemos de actuar. Conocemos que nuestra acción tendrá consecuencias derivadas, imprevisibles, etc., y que eso también pertenecerá (para otras personas quizá) a la realidad de nuestra acción—y sin embargo tenemos que actuar. El conocimiento puro sería un conocimiento puramente positivo, sin el momento negativo de las demás circunstancias y de la valoración de los otros. Pero la acción no se basa en ese tipo de conocimiento, sino que es dialéctica:
Como corolario podría añadirese que parte de lo que sabemos de los demás es que también son limitados como nosotros, que actuarán en sus propias circunstancias y que juzgarán nuestra acción o nuestro conocimiento con un perspectivismo similar, inherente por tanto a la socialidad de la acción y del conocimiento.
0 comentarios