El artículo apareció originalmente en On the Human (17 agosto 2009), http://onthehuman.org/humannature/?p=294, seguido por respuestas de lectores que son resumidas y comentadas por Turner al final del artículo en su versión aparecida en el SSRN, "The Scope of Human Thought."
Añado (en cursiva entre corchetes) un comentario enfatizando la relevancia para la narratología, en especial para la noción de anclaje narrativo, de la teoría de Turner sobre la fusión conceptual. También emplea Turner el término anclaje, si bien en un sentido algo diferente, relativo a la gestión de mapas conceptuales en general.
La capacidad del pensamiento humano
Biológicamente somos semejantes a otros animales, pero mentalmente les sacamos una ventaja enorme. La capacidad del pensamiento humano es inmensa. ¿Por qué somos tan diferentes?
Los animales, incluyéndonos a nosotros, viven, piensan y sienten en el aquí y ahora. Vivir, pensar y sentir son acontecimientos biológicos, que existen únicamente en el presente. Cuando pensamos en el pasado o en el futuro, o en alguna cosa distante o externa a la situación en la que estamos habitando, el pensar y el sentir no están distantes—están aquí mismo, ahora mismo, presentes, confinados a nuestra situación local a escala humana, llevados a cabo mediante sistemas biológicos de aquí y ahora.
[JAGL: La teoría de Turner es un desarrollo muy interesante de la teoría de los marcos de Goffman, mostrando cómo estos marcos se desplazan, fusionan y extienden para generar el universo simbólico en que habitamos. Sobre la naturaleza virtual de la realidad simbólica orquestada por el lenguaje, ver lo que en otra parte hemos llamado "la Caverna del Cerebro". Ver también el comentario sobre Kenneth Burke, "Las cosas significan palabras"].
A este respecto somos como los perros, los chimpancés, los córvidos, los chimpancés. Un ser humano puede que haya estado vivo hace diez alos y puede que siga vivo dentro de diez años, pero nuestra actividad cerebral de hace diez años o de dentro de diez años no existe. Los únicos sistemas para vivir, pensar y sentir que poseeen los seres humanos son los que activan sus cuerpos aquí y ahora.
Este panorama lo trazó Sir Charles Sherrington, quien describió al cerebro como un "telar encantado" en el que "millones de lanzaderas pasan como centellas tejiendo un patrón que se disuelve, siempre un patrón significativo, aunque nunca duradero" (Sherrington, [1941] 1964, p. 178)
Que se disuelve, nunca duradero. Y sin embargo nuestro pensmamiento se viaja por el tiempo y por el espacio, a través de largas cadenas causales y posibilidades a largo plazo, cruzando ausencias presentes y potenciales, cruzando historias mentales que poblamos, en la imaginación, con miles, miles de millones de agentes humanos cuyas mentes imaginamos ser como las nuestras—llenas de creencias, planes, decisiones y juicios, todos con un amplio ámbito. Los contenidos de nuestros pensamientos no nos parecen evanescentes y en disolución.
Los científicos han meditado sobre el ámbito del pensamiento humano y han intentado explicar sus orígenes. Antonio Damasio, en La sensación de lo que pasa (The Feeling of What Happens, 1999), ofrece una teoría especulativa sobre cómo el desarrollo neurológico pudo hacer posible la "consciencia extendida":
La consciencia extendida todavía se articula sobre el mismo núcleo central de tu identidad, pero ese "tú" está ahora conectado al pasado vivido y al futuro anticipado que son parte de tu registro autobiográfico (p. 196).
[JAGL: Esta noción en concreto es especialmente útil para conceptualizar una teoría generalizada del anclaje narrativo del yo, de su historia personal y de la construcción de sus mapas narrativos personales, en el ámbito de un pasado vivido y un futuro anticipado—que en el caso de los seres humanos son pasados y futuros sociales, colectivamente generados. Ver El anclaje narrativo].
Endel Tulving (1985a y 1985b) enfatizó nuestra capacidad de viajar mentalmente en el tiempo, nuestra capacidad de memoria episódica, y de consciencia autonoética ("que se conoce a sí misma"). En la consciencia autonoética, poedemos recuperar el episodio en el que algo sucedió. "La consciencia autonoética . . . permite que un individuo se haga consciente de su propia identidad y de su existencia en un tiempo subjetivo que se extiende desde el pasado, a través del presente, hasta el futuro" (1985b, p. 388). Ulric Neisser llamó la atención sobre nuestras notables capacidades en su clásico artículo "Cinco clases de autoconocimiento" ("Five Kinds of Self-Knowledge", 1988). Cientos de científicos ha participado en esta investigación. Aquí hay uno de los más recientes:
Un yo individual puede parecer un elemento fijo, abrazando su aquí-y-ahora como ropa interior que no se cambia, pero de hecho es un cordón, que se entrelaza hacia atrás y hacia adeante en el tiempo para tejer y unir nuestros momentos pasados y futuros . . . Un yo individual es un Tardis, una máquina del tiempo; se te puede tragar y escupirte en otro sitio. (Charles Ferneyhough, The Baby in the Mirror: A Child's World from Birth to Three; Londres: Granta, 2008, p. 129).
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