San Isidoro sobre el teatro
San Isidoro sobre el teatro
Del libro XVIII.42-51 de las Etimologías de San Isidoro de Sevilla, hacia el año 600. El estado del teatro a principios del siglo VII—observemos que se habla en pasado, mayormente; era cosa de antes y de paganos. La exposición sigue a Tertuliano, que escribió De spectaculis hacia el año 200. El tratado de San Isidoro sitúa a los espectáculos teatrales después de las competiciones deportivas y antes de las peleas de gladiadores en el anfiteatro.
1. Teatro es el lugar en que se encuentra un escenario; tiene forma de semicírculo y en él todos los presentes observan. Su forma fue inicialmente circular, como el anfiteatro; después, de medio anfiteatro se hizo un teatro. El nombre de theatrum le viene del espectáculo mismo, derivado de theoria, porque en él el pueblo, colocado en los lugares elevados y asistiendo como espectadores, contemplaba los juegos. 2. Al teatro se le denomina también "prostíbulo", porque, terminado el espectáculo, allí se prostituían (prostrare) las rameras. Se llama también lupanar por esas mismas meretrices que, a causa de la frivolidad de su prostituido cuerpo, reciben el nombre de lupae (lobas), pues "lobas" son llamadas las prostitutas por su rapacidad, ya que atraen hacia ellas a los desdichados y los atrapan. Pues los paganos establecieron lupanares para que allí se expusiera al público el pudor de las infelices mujeres y sufrieran deshonra tanto los que allí acudían como quienes en aquel lugar se prostituían.
43. La escena
La escena era el lugar situado en la parte inferior del teatro; tenía la apariencia de una casa dotada de una tribuna, tribuna que se denominaba orchestra y en la que cantaban los actores cómicos o trágicos, y donde bailaban los histriones y los mimos. El nombre de escena es de origen griego: se denomina así porque presentaba el aspecto de una casa. Por idéntico motivo, entre los hebreos, la dedicación de los tabernáculos se llamaba skenopégia, por la semejanza que éstos tenían con una casa.
44. La orchestra
La orchestra era la tribuna de la escena; en ella podía actuar el bailarín o representar dos personas en una disputa. A ella subían los poetas cómicos o trágicos a rivalizar en los certámenes. Y mientrs unos cantaban, otros hacían pasos de danza. Los que se dedicaban al arte escénico eran los tragediógrafos, comediógrafos, músicos, histriones, mimos y danzarines.
45. Sobre los tragediógrafos
Los tragediógrafos son los que, con verso triste y ante el público espectador, contaban las antiguas hazañas y delitos de reyes criminales.
46. Sobre los comediógrafos
Los comediógrafos son los que, con sus palabras y sus gestos, cantaban hechos de personas particulares y representaban en sus comedias los estupros de las doncellas y los amores de las prostitutas.
47. Sobre los músicos
Thymelici eran los músicos de la escena, que iniciaban el canto con sus instrumentos musicales, de ordinario liras o cítaras. Se les denominaba thymelici porque antiguamente cantaban subidos en la orchestra, en lo alto de la tribuna, que era llamada thymele.
48. Sobre los histriones
Los histriones son los que, vestidos con ropas femeninas, imitaban los gestos de las mujeres impúdicas. Asimismo, con sus danzas representaban historias y hechos ocurridos. Se les llama histriones porque este tipo de actores fue traído de Histria; o porque representaban comedias urdidas con diferentes historias, como si se les dijera historiones.
49. Sobre los mimos
A los mimos se les denomina así, con un término griego, porque son imitadores de las cosas humanas. Tenían su propio guionista; éste, antes de que se representase la acción mímica, narraba el argumento. Y es que los poetas componían las comedias de tal modo que pudieran adaptarse perfectamente al movimiento del cuerpo.
50. Sobre los danzarines
Varrón afirma que los danzarines recibieron el nombre de saltatores derivándolo del árcade Salio, a quien Eneas llevó consigo a Italia, y que fue el primero que enseñó a danzar a los jóvenes nobles romanos.
51. Qué se representa y bajo qué patronato
Es de todo punto evidente el patrocinio de Líber y de Venus en las artes escénicas y en todo lo propio y privativo de la escena, como son los gestos y flexiones del cuerpo. En efecto, ofrendaban a Líber y a Venus la sensualidad, unos por el sexo, y otros, disolutos, por el fasto. Por su parte, todo cuanto se desarrolló mediante la palabra y el canto, los instrumentos de viento y las liras, tiene como patronos a los Apolos, las Musas, las Minervas y los mercurios. Tú, cristiano, debes aborrecer este espectáculo del mismo modo que aborreciste a sus patronos.
Nota de los editores José Oroz y Manuel A. Marcos: "Todo este capítulo, con muy ligeras variantes, está tomado literalmente de Tertuliano (De Spectaculis 10.8-9). La edición de E. Castorina, en este pasaje de Tertuliano, recoge flexu; aunque—indica en la nota—"se podría aceptar también fluxu". Y continúa, en la nota, la exposición de las razones por las que prefiere flexu frente a fluxu, pese a que en los mejores códices de Isidoro se encuentra fluxu, y sólo en los deteriores encontremos flexu. Aduce la autoridad de Quintiliano (2,13,9) y Fírmico (Math. 6,30,9). En favor de fluxu señala Séneca (De tranq. animi 17,4), Apuleyo (Met. 11,,8) y Arnobio (6,12). Pese a todo, se incluna por flexu. Frente a litteris, de Tertuliano, encontramos lyris en Isidoro, número 2." San Isidoro de Sevilla, Etimologías. 2 vols. Ed. José Oroz Reta and Manuel-A. Marcos Casquero. Introd. Manuel C. Díaz y Díaz. 2nd ed. Madrid: BAC, 1993.
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