Retropost: Creciendo por dentro, y recuperando el tiempo perdido
Retropost #829 (26 de marzo de 2006): Creciendo por dentro, y recuperando el tiempo perdido
Se supone que es lo que hay que hacer, crecer por dentro. Crecer por fuera a los cuarenta y cuatro taccos se hace sólo en perímetro, y claro, no es lo más recomendable. Así que viva el crecimiento interior. Por otra parte, a quién le importa el aumento de peso, si el problema es mantener la línea. Pero a lo que voy es que por mucho que critico el usar y tirar y la evanescencia de la novedad, los practico, como buen occidental. ¿Qué es un periódico, o un blog, sino el objeto por excelencia de usar y tirar? El blogueo fomenta la obsolescencia. El artículo anterior a éste ya no vale nada; sólo cuenta el que está en primera línea. Y eso si es de hoy: si es de ayer ya baja puntos shitting milks. Por eso los blogs crecen sólo por la parte visible de la pantalla. Y sin embargo nada impide engordarlos por dentro, y poner enlaces a artículos que siguen creciendo, como esta reseña sobre Shakespeare, aún en curso, o los ecos de mi última circular a los anglistas. También se pueden ampliar o mejorar artículos anteriores: aunque algunos bloggers tienen muy a gala el señalar cada pequeña alteración que hacen de un artículo una vez publicado, con tachones, etc.... no es mi caso. Tampoco me dedico a revisarlos, la verdad, pero no hay por qué no. (Menos por la ley de la obsolescencia). Otra cosa que he empezado a hacer de unos días a esta parte, y que se la copié al blog de pJorge, es recuperar enlaces a artículos pasados. En Reflexiones e irreflexiones fernand0 también lo hace, poniendo enlaces a cosas de hace un año. Yo he optado por poner enlaces a artículos de cualquier momento, pero relacionados temáticamente de alguna manera. Lo pongo al final del artículo que está en primera línea, y de ese modo se combinan bien, creo, la novedad y el reciclaje ecológico; se desarrollan los temas y se crea una cierta secuencia alternativa; se ve a veces la relevancia de lo que se decía, o aparecen ironías involuntarias. Ójala que no me caigan tantas encima, pero nadie está a salvo del molinillo del tiempo y todas sus venganzas.
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