How Things Hang Together
How Things Hang Together
La conexión de todas las cosas: desde Heráclito hasta Adam Smith, y hasta aquí.
La symploké, los sistemas naturales y las máquinas mentales, la integración conceptual, y la consiliencia del saber.
Cita Daniel Dennett en esta conferencia la siguiente frase de Wilfrid Sellars, para definir a la filosofía y a su objeto:
Construir un sistema es por tanto en cierto sentido construir un mapa, un mapa de la realidad habitable y concebible.
Si admitimos que la realidad es presente, pasada, o futura, ese mapa es siempre, en cierto sentido, un mapa temporal, un mapa en evolución. Aun si es un mapa estático de la realidad, deja sitio a que nos preguntemos, necesariamente, sobre los orígenes y antecedentes, y sobre el futuro y destino, de esta realidad presente. Pero un mapa global no puede ser un mapa estático, y ha de contemplar una realidad en el tiempo, en evolución y transformación.
De ahí que el análisis de la narración, o de la representación temporal de las cosas y de sus transformaciones, de la realidad en evolución, sea un instrumento filosófico y evolucionista de primera categoría. Es la tesis que defendemos en nuestra conferencia de París, "El relato que hay detrás de todos los relatos". Y exponemos ahí cómo los conceptos de mapa narrativo, y de anclaje narrativo (engarzar unas narraciones con otras en un mapa general de las narraciones) son asimismo nociones absolutamente centrales, y quizá descuidadas, en filosofía, y en ciencia, y en narratología.
Un razonamiento es un pequeño mapa, o instrumento cognitivo para orientarse, que permite conectar dos ámbitos de la experiencia antes desconectados. De ahí surge el placer de la comprensión, de la iluminación súbita al ver la coherencia de las cosas, y también el goce estético del discurso bien trabado (esté escrito o no con palabras "bellas") que efectúa esa maniobra cognitiva, y la facilita en el lector. "Surge una armonía maravillosa", dice una traducción o paráfrasis de Heráclito, "cuando se une en la mente lo que estaba aparentemente inconexo".
Por poner un ejemplo cercano a Heráclito, piénsese en la analogía entre la hazaña memorable de las armas y la acción certera y memorable del discurso, en este poema de Píndaro:
que por altas que sean mis palabras, den en el blanco de lleno,
como lanzadas por un arco bien tensado. Musa mía, guíame el vuelo
de estas mis palabras
rectas y gloriosas. Pues los hombres pasan
pero las canciones
y los relatos nos devuelven el esplendor de sus acciones.
I hope,
high though my speech be, it strikes the mark squarely,
as from a bow drawn true. My Muse, steer me the flight
of these my words
straight and glorious. For men pass,
but the songs
and the stories bring back the splendor of their deeds.
La imagen certera y sorprendente, que ilumina inesperadamente un aspecto de la experiencia, fue apreciada por los poetas metafísicos, los conceptistas ingleses—por John Donne en especial, y fue descrita con cierto enfado por Samuel Johnson como un malabarismo conceptual, "the most heterogeneous ideas yoked together by violence". Gracián, más sensible a la estética barroca, les había dedicado a los conceptos y a los conceptistas un par de tratados sobre el Arte del Ingenio, en los que podemos ver un precedente de la estilística cognitivista. En una expresión más benevolente o más cognitivista, Johnson también describió la imagen de los metafísicos como una modalidad de ingenio poético que expande la comprensión (ver "Cognitive Johnson"), una discordia concors que no sólo es una tensión entre los elementos que la crean, sino una tensión entre lo que eran antes de que viéramos su conexión, y lo que vemos ahora, con la iluminación retrospectiva de la analogía que los une.
Surge una armonía o una iluminación—la conexión entre ambas imágenes es natural—acompañando a una idea brillante, una percepción penetrante, o a la satisfacción casi espiritual de la comprensión de un enigma ("something understood", como dice el poema de George Herbert "Prayer").
Una imagen, una analogía vista entre dos fenómenos, es como una herramienta mental. Permite reelaborar el primer fenómeno y presentarlo desde otra perspectiva, conocerlo mejor en alguno de sus aspectos, modelarlo, y prepararlo, quizá, para otra expansión conceptual efectuada mediante otra analogía. Mediante las fusiones o integraciones conceptuales, las metáforas, los símbolos y las analogías, construimos el espacio conceptual de la realidad humana, un espacio navegable y recomponible, plástico y expandible en dimensiones inesperadas. Si la realidad en que habitamos tiene (desde mucho antes de que se inventasen los gráficos de ordenador) mucho de realidad virtual, los símbolos y los puentes tendidos entre ellos son los píxeles y las sinapsis de esta cibernética mental desbordada en la realidad.
Diseñada para comprender y analizar esta maniobra esencial de la mente, esta "sabiduría poética" que diría Vico, está la teoría de la mezcla o integración conceptual, de Turner y Fauconnier. Comprender esa comprensión—es quizá una iluminación de otro orden superior, o quizá una aplicación recursiva de la misma, iluminándose a sí misma—oyendo la audición, como decía Derrida.
La conexión coherente de todas las cosas (o quizá, a veces, el efecto mental que acompaña a la percepción de esa conexión) también se experimenta a veces en las epifanías modernistas, y en otras experiencias trascendentes—me viene a la mente la misteriosa revelación que sufrió Santo Tomas de Aquino, y que le hizo aparecer todas sus Summas como una suma vanidad; o la súbita comprensión del sentido de las cosas que ha experimentado el hiperlúcido personaje de Nabokov en "Ultima Thule".
Comentábamos (en este artículo al que conecto) la analogía o lazo subyacente entre la perspectiva dominante, topsight, y la visión de esa coherencia subyacente.
Pero hay que señalar otra conexión igual de importante, entre la conexión de ideas y el conocimiento. Es la noción de consiliencia, el ideal regulativo de la integración deseable o concebible de todo el saber, una noción que ha impulsado E. O. Wilson (Consilience, 1998) desde una perspectiva ecologista y evolucionista. El relato de la Gran Historia, de la evolución cósmica en la que cada fenómeno halla su momento y su ubicación, es (y volvemos a encontrárnoslo aquí) el mapa cognitivo más útil para orientarse en el terreno de la consiliencia—llevándonos, en una primera visión panorámica, a dar un paseo cósmico por todas las ciencias, desde la cosmología y la física básica, a la astronomía, a la química y a la geología; luego a su sección especializada que es la biología y la ciencia de los entornos, y a la teoría evolucionista de la vida, y de las especies y sus muchos mundos. Especialmente los mundos culturales e históricos e inventados de nuestra especie humana, la única que sepamos que es capaz de efectuar unas integraciones conceptuales que le permitan construir estos mapas cognitivos, y estos símbolos dentro de símbolos y mundos dentro de mundos.
La consiliencia puede ser despreciada por muchos filósofos, en especial los menos ambiciosos que Hegel. Pero quien quiera comprender la conexión de todas las cosas, ha de incluir el concepto de esta conexión de alguna manera en su sistema. La symploké de Platón, por ejemplo, una composición de ideas que es también un sistema de relaciones subyacente a la realidad y que vincula su pluralidad. (Aquí una lección de Gustavo Bueno sobre esta noción, y las limitaciones que Platón le impone: "unas cosas están relacionadas con otras, pero no todas con todas en la misma medida", por parafrasear).
O, más cerca de nuestro tema, y de la noción de consiliencia, aparece esta conexión o symploké en unas reflexiones de Adam Smith que paso a exponer o recordar.
En los Ensayos Filosóficos de Adam Smith se publicaron póstumamente los restos de sus notas (las que no destruyó) encaminadas a un proyecto filosófico de conectar las ciencias y las artes. Escribió Smith sobre economía, como bien sabemos—fundándola como ciencia, dicen algunos, si es que hay ciencia de la economía— y sobre moral y psicología social (he aquí un ensayo sobre su Teoría de los Sentimientos Morales). Pero también dio lecciones sobre retórica, estética y poética, y sobre jurisprudencia. Tiene unos ensayos sobre los cinco sentidos, y unos ensayos sobre el desarrollo de la ciencia en la antigüedad, de la astronomía, de la física, y de la lógica y metafísica, de gran interés para la teoría del conocimiento.
Comienza el libro con un análisis de las emociones de la sorpresa (que se relaciona con lo inesperado) y del asombro (efecto de la novedad). Y se pregunta por el origen de la disposición filosófica—qué es lo que nos lleva a conocer o a indagar en el mundo. En La Riqueza de las Naciones ya se planteaba Smith esta indagación como la construcción de un sistema conectivo y una reducción a principios básicos, tanto en ciencias naturales como en ciencias morales:
John Reeder señala el parentesco entre la perspectiva de Smith en su filosofía de la ciencia y la de Thomas Kuhn en La estructura de las Revoluciones científicas. Con respecto a su historia de la astronomía:
Hay un cierto psicologismo dieciochesco en la formulación de Smith, que nos hace pensar mucho en la influencia de Addison y sus "placeres de la imaginación", en ensayos que sin duda conoció y apreció. Y se aprecia aquí, como resalta Reeder, la importancia de la coherencia estética y la sencillez digamos "neoclásica" en una teoría cuando logra reducirse a principios sencillos—ser lo que en el siglo XX se llamará una teoría bella, una noción con mucho predicamento en física matemática (ver Gell-Mann, "Beauty and Truth in Physics") pero que como vemos tiene sus raíces también en la estética y en Smith. Hay que matizar que desde luego no es cuestión de pura belleza formal lo que aprecia Smith, sino la capacidad explicativa o cognoscitiva aumentada que va unida a esta formulación más certera.
Y otra cosa que quiero resaltar es la dimensión semiótica o pragmática de la concepción de Smith: las teorías son mapas o modelos, tienen una relación imaginaria (a la vez que real) con la realidad—su finalidad es proporcionar un efecto cognitivo, un mapa o modelo de los fenómenos en la mente, que permita la comprensión y manipulación de la realidad. La mente descansa al hallar una buena teoría como lo hace al resolver un acertijo, un enigma, o al dar con la solución de un problema matemático, something understood—son otras tantas analogías válidas que ayudan a entender dimensiones de la concepción de Smith. Y aprovechemos para retomar la noción de una Gran Historia como modelo o mapa de la realidad en evolución, que nos ayuda a ver sus conexiones, las de la realidad, a la par que las conexiones entre las ciencias que estudian sus diversos aspectos. Un modelo para facilitar la consiliencia—y a la consiliencia vamos, de nuevo, pues tiene en Smith, como decíamos, uno de sus precursores.
(Sobre las dimensiones semióticas del concepto de consiliencia, noción de Wheeler y de E. O. Wilson, y sobre las críticas de Gould a la concepción consiliente, puede leerse también este artículo mío, "Consiliencia y retrospección").
Comienza así Adam Smith su ensayo sobre la astronomía (o sobre la consiliencia si se quiere), a su modo psicológico, partiendo como decíamos del análisis de las emociones de la mente—y buscándoles una raíz común, o un sistema que las integre, sacando a la luz sus vínculos:
Comienza con unos comentarios sobre la tendencia de la mente a relacionar fenómenos iguales para comprenderlos, y la sorpresa o inquietud mental causada por lo novedoso que no puede "situarse" en ese mapa mental. Son reflexiones que recuerdan en gran medida (aunque a un nivel menor de densidad y elaboración teórica) a las de Umberto Eco en Kant y el Ornitorrinco:
El pensamiento crea sistemas, por asociaciones de ideas (aquí hay que relacionar a Smith con la filosofía de su amigo Hume, tan próxima en algunas cuestiones), y ello le permite funcionar y ahorrar esfuerzo. La mente crea así, a resultas del hábito y la experiencia, sistemas ordenados y coherentes "Las ideas provocadas por una ordenación tan coherente de las cosas parecen, por así decirlo, flotar a través de la mente de forma espontánea, sin obligarla a ejercitarse ni a realizar ningún esfuerzo para pasar de una a otra" (Ensayos Filosóficos 52). Podríamos, forzando la imagen, decir que una mano invisible crea estos sistemas cognitivos y a través de ellos la realidad mental que habitamos, un orden mental sobre la multiplicidad de los fenómenos. (Recordemos aquí y en el artículo antes nombrado sobre los sentimientos morales, que Adam Smith es uno de los grandes teorizadores del orden espontáneo, y que mucho aprendió Darwin de él a este respecto). En su ensayo sobre la historia de la astronomía, Smith también establece una analogía entre los sistemas y las máquinas, como modos de conectar, organizar y relacionar fenómenos, procesos y efectos (Ensayos Filosóficos 75). Podríamos decir que una analogía tal es de por sí una máquina mental: y un sistema científico es una máquina mental para relacionar partes de la realidad y facilitar la acción humana sobre ella. Veamos cómo Smith da un excelente uso, rentabilizando al máximo estos principios "psicologistas", para exponer una versión de dieciochesca de los ideales de la reducción en física, y de la Teoría de Todo, en la medida en que se pueden atisbar:
El ejercicio de la atención en la observación de los fenómenos lleva al desarrollo de la misma capacidad de atención, y lleva a percibir discontinuidades allí donde ojos poco avezados o una mente poco entrenada no ve nada—por el mismo proceso de desarrollo de la percepción, el entrenamiento del tren de las ideas:
—Tengo que decir que en esta frase precedente me parece oír a un Adam Smith que suena casi casi como Heráclito, dos personajes heterogéneos que hasta ahora sólo hubieran podido uncirse mediante una Labor Violenta del Cerebro.
E inmediatamente se nos convierte Adam Smith en Wilfrid Sellars, al darnos su propia definición de la función y definición de la filosofía. Si para Sellars o para Dennett era la filosofía "el estudio de las relaciones entre las cosas", la definición de Smith es parecida, y es toda una propuesta o proyecto consiliente antes de la formulación supuestamente inicial de la consiliencia por parte de Whewell en el siglo XIX:
Tómese la definición con cierta precaución, porque en el vocabulario dieciochesco de Smith, "filosofía" quiere decir en realidad algo más parecido a lo que nosotros llamaríamos ciencia, o más bien es un término mucho más general que incluye tanto filosofía como ciencia. Para la disminuida disciplina que hoy llamamos "filosofía" se empleaban términos más concretos como "metafísica", "filosofía moral" o "lógica" según los objetos. Por tanto, si bien nos proporciona, oída desde hoy en día, una bonita y sugestiva definición de filosofía en tanto que metadisciplina, disciplina de disciplinas, o reflexión sobre el conocimiento, hay en la frase de Smith en realidad algo más próximo a lo que antes decíamos, una concepción consiliente de las ciencias... sin que de ellas quede excluida la filosofía; una concepción plenamente consiliente de las disciplinas del saber, por tanto, que abarca ciencias humanas, ciencias naturales y ciencias formales. Así sigue el párrafo de Smith:
Por especificar una cuestión importante en la sugestiva propuesta de Adam Smith (sobre los sistemas del saber como propuestas cognitivas heurísticas, basadas en la reducción gradual a principios simples), habría que ir más allá del lenguaje y el énfasis psicológico para discernir aquí también una concepción comunicativa e interaccional: es decir, que el "alivio mental" producido por un sistema más comprensivo o más consiliente no es una cuestión de percepción individual, sino de comunicación social—del mismo modo que las distintas disciplinas y conceptos del saber no son de acuñación individual, sino una obra colectiva. Lo que se facilita cuando una nueva concepción o una nueva ecuación integra electricidad y magnetismo, o teatro y psicología social, no es sólo una iluminación individual, sino que toda una serie de procesos y discursos sociales, modos de comunicación y de concepción de esos fenómenos, operaciones, físicas o mentales, se transforman. Se crea una nueva realidad conversacional, en términos de Shotter (1993). Circula la energía comunicativa de otra manera, y con la nueva concepción teórica se ha transformado el mapa de la realidad para un uso colectivo y comunicativo. (Es en cierto modo la respuesta a Marx cuando denunciaba que los filósofos se limitaban a interpretar la realidad—pues interpretarla es ya transformarla).
Esa transformación de la realidad es la que persigue el estudio de la consiliencia, y de las relaciones entre las cosas. El estudio de las relaciones entre las cosas crea nuevas cosas: la representación de esas relaciones, ahora visibles y manejables. Es una expansión de la realidad, a la vez que una simplificación de la misma... por vía de la complejidad.
Referencias:
Bueno, Gustavo. "Symploké." Video presentation. (Teselas, 34). YouTube (fgbuenotv) 13 April 2010.*
http://www.fgbueno.es/med/tes/t034.htm
https://youtu.be/fML2Ysy6l6s
2015
Dennett, Daniel. "Ontology, Science, and the Evolution of the Manifest Image." Video lecture. YouTube (New College of the Humanities) 21 March 2016.
https://youtu.be/GcVKxeKFCHE
2016
Eco, Umberto. Kant y el ornitorrinco. Trans. Helena Lozano Miralles. (Palabra en el Tiempo, 265). Barcelona: Lumen, 1999.
García Landa, José Angel. "Consiliencia y retrospección." Ibercampus (Vanity Fea) 16 Nov. 2009.
http://www.ibercampus.es/articulos.asp?idarticulo=14473
2013
Gell-Mann, Murray. "Consciousness, Reduction, and Emergence." In Cajal and Consciousness: Scientific Approaches to Consciousness on the Centennial of Ramón y Cajal's TEXTURA. Ed. Pedro C. Marijuán. New York: New York Academy of Sciences, 2001. 41-49.
_____. "On Beauty and Truth in Physics." TED (Dec. 2007).
http://www.ted.com/talks/murray_gell_mann_on_beauty_and_truth_in_physics.html
2009
Gracián, Baltasar. Arte de ingenio. Tratado de la agudeza. Edición facsímil (Madrid: Juan Sánchez, 1642). Introd. Aurora Egido. Zaragoza: Gobierno de Aragón / Institución "Fernando El Católico", 2005.
Kuhn, T. S. The Structure of Scientific Revolutions. 2nd ed. Chicago: U of Chicago P, 1970.
Nabokov, Vladimir. "Ultima Thule." In The Stories of Vladimir Nabokov. London: Weidenfeld and Nicolson, 1996. 500-22.
Smith, Adam. Ensayos filosóficos. Introd. John Reeder. Trans. Carlos Rodríguez Braun. (Clásicos de la Economía). Madrid: Pirámide, 1998.
Shotter, John. Conversational Realities: Constructing Life through Language. (Inquiries in Social Construction). London, Thousand Oaks, New Delhi: SAGE, 1993.
Wilson, E. O. Consilience: The Unity of Knowledge. New York: Knopf, 1998.
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