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Retropost: Historia de una geisha

Retropost #845 (6 de abril de 2006): Historia de una geisha

 

A quien no le ponga enfermo la recreación punto por punto de este mundo donde las mujeres son seres entrenados y diseñados para entretener los ratos perdidos del hombre de negocios... (se puede crear toda una existencia, plan de vida, ideales, competitividad, autosuperación, en ese estrecho marco, e ignorando todo el ancho mundo)... le gustará la película; en especial las imágenes y la música.

Eso si no le irritan las historias de amor como ésta entre el humilde objeto decorativo y el admirado presidente de empresa que un día le dio una palmadita en la cara y ya cayó rendida a sus pies de por vida; digo, si no le irrita que se le intente vender al espectador (occidental) como una tierna historia, llegar a amante oficial y devota del empresario-presidente después de largos años de esfuerzo y silenciosa admiración echándole el té.


Pero mí es que me pone enfermo y me irrita, lo siento. Como el harakiri o la devoción feudal a la empresa. Será el choque cultural, o será la Ilustración, que me tiene mal acostumbrado, pero creo que la vida de las geishas (tal como se presenta aquí, que no la conozco más) es un insulto a la dignidad humana de las mujeres, aquí y en Japón, y que hace falta mucha mala conciencia para presentarla como una existencia aceptable y un marco poético para una historia de amor que da sentido a la vida, y de autorrealización personal.

Match Point

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45 años

45 años— una película memorable, impresionante y dura, a ver con precaución,  aunque quizá haya quien no vea nada en ella. En parte va sobre ver o no ver—sobre la apofenia, exceso de información percibida allí donde aparentemente no hay nada, donde todo se vuelve significativo por la manera en que se alteran infinitesimalmente las viejas rutinas. Es una tragedia doméstica casi invisible—sobre el envejecimiento, los recuerdos y la vida en pareja, sobre la tragedia de los viejos matrimonios sin hijos, y sobre los antiguos amores y la juventud perdida (pero que allí está congelada). Sobre el trayecto que va tomando la vida que y al final ha tomado irreversiblemente. Sobre los celos, y sobre los disimulos y cesiones cotidianas, necesarios para sobrevivir y para convivir. Es también la tragedia de la devastación y la profanación de la misma sustancia de la identidad, de lo sagrado, y de los recuerdos más queridos. Una película impresionante y tremenda, dentro de su inexpresividad aparente. No recomiendo verla en general, no de cualquier manera. De hecho quien no la entienda no la verá siquiera, aunque lo intente; quien la entienda quizá no agradezca haberla visto—aunque seguramente tendrá también su valor catártico. Bendito sea lo que nos endurece, decía Nietzsche; y al final todo nos endurece a medida que la vida va dando cuenta de nosotros. Aquí hay una buena reseña de Alonso Duralde.


45Years_Rampling

45 Years. Dir. Andrew Haigh. Screenplay by Andrew Haigh, based on David Constantine's story "In Another Country." Cast: Charlotte Rampling, Tom Courtenay, Geraldine James, Dolly Wells, David Sibley, Sam Alexander, Richard Cunningham, Rufus Wright, Hannah Chalmers, Camille Ucan. UK, 2015.* IMDb:   http://www.imdb.com/title/tt3544082/



La vie est brève et le désir sans fin


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Retropost #792 (2 de marzo de 2066): Capote

martes, 29 de marzo de 2016

Retropost #792 (2 de marzo de 2066): Capote


Jo, no puede uno echarles un capote a las víctimas del terrorismo sin que se metan contigo los sectarios de a piñón fijo, como puede verse en este post de Por la boca muere el pez. Pasan a presuponer que eres del PP, que crees que caben 30 personas en un metro cuadrado, y poco menos que fuiste directamente a invadir Irak.

En cuanto a la película Capote, por robarle una cita al autor, "francamente no entiendo a qué viene tanto revuelo". La película bien hecha pero un tanto mezquina por su concentración exclusiva en la ruin relación de Capote con el "material" que le inspiró A Sangre fría. Y luego nos da a entender que el escritor quedó tocado o invalidado por haber jugado con fuego... francamente, el personaje que presentan no tenía pinta de quemarse por dentro con nada. Así que no me resulta convincente. Me pregunto, por otra parte, si se podría hacer una película que haga a un personaje tan mezquino y desagradable, de tener éste descendientes o herederos. Los heterosexuales como Ray Charles o Johnny Cash han salido mejor parados, con redención final, y familia que les cuida la imagen. Aquí lo tratan a Capote un poco a sangre fría, con su misma moneda. No da para gran literatura, ni para gran cine.

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Retropost: Etnicidades

lunes, 28 de marzo de 2016

Retropost #789 (27 de febrero de 2006): Etnicidades



Este fin de semana han caído visto dos películas sobre etnicidades, Crash y La Pantera Rosa. Bueno, vale, una más que otra.

En Crash, el director saca a relucir las cosas que piensan y normalmente no dicen los americanos sobre las características étnicas y políticas de grupo de las distintas comunidades estadounidenses; bueno, lo que dicen entre ellos pero (in mi experiencia al menos) cuidan muy mucho normalmente de decir en presencia de nadie de otra etnia. La diferencia es que en esta película no se cortan, con lo cual vemos una realidad filmada de modo realista pero con comportamientos un poco surreales a veces. Algunos de ellos encasillados en sus actitudes e incapaces de cambiar; varios de los personajes cuyas vidas se entrecruzan aprenden sin embargo una lección, normalmente tras enfrentarse a una situación límite. Y uno de los personajes, el policía joven que creía no ser racista (o por lo menos creía ser menos racista que la mala bestia de su colega), descubre para horror suyo que era tan capaz como el que más de cometer un homicidio por sus prejuicios racistas. Recoge a un autoestopista negro y acaba dándole un tiro de puro miedo tras una discusión. (No sé si hay una historia gay mezclada aquí: ¿podría ser?). Así se cumple la profecía del colega borde, cuando le dice que no era mejor que él. Y se demuestra la tesis de la película: que el racismo y la suspicacia son inherentes a esta sociedad multiétnica, que van más allá de las buenas intenciones o malas de los personajes y de su "política" explícita -- aunque la grosería gratuita de muchos haga suponer lo contrario a primera vista. Por contra, se nos hace ver cómo el poli malo salva a la misma negra (bueno, negra por decir algo) a la que había humillado a conciencia. Eso tampoco lo convierte en poli bueno, claro, aunque la cámara lenta parezca querer sugerir algo en esa línea ("cerdo racista pero buen (a) gente en realidad"). Hay que consolarse con que un negro criminal no llegue (al recordar sus raíces) a vender a un grupo de asiáticos como esclavos cuando se le presenta la oportunidad. Por cierto, que el único blanco que lo trata como a un igual (en el crimen) es el mafioso que le intenta convencer para que se los venda: allí no hay lugar para sensiblerías, parece decirle. Pero ni aun queriendo lo puede tratar como un igual, porque el negro lleva su historia a cuestas, quiera que no, y se niega a vender esclavos. (Je, será que no es de la línea pro-africanista, porque andá que los antepasados africanos no vendían esclavos ni nada). Eso sí, los llama "jodidos chinos", la política verbal aquí desde luego no la cuida nadie mucho. Menos mal que en la América real no andamos a este nivel de indiscreción y hay un poquito más de hipocresía, que si no...

Y luego La Pantera Rosa, con sus fgansesés con acsentós... La solución final del caso viene para Clouseau cuando recuerda lo que el espectador había interpretado como una escena cómica, y lo era. Había salido Clouseau entrevistando a una abuela china que le habla en chino, y él finge entender; esto se retoma en flashback, y nos sale subtitulado lo que la china decía, y vemos que Clouseau en efecto entendía chino, como había proclamado. Esto si que es humorístico, claro, aún más que fingir, saber chino: que un occidental, en efecto, sepa chino. Humor surrealista. Pues acabamos de pasar en el mundo los seis mil quinientos millones de habitantes, y uno de cada cinco es chino. Pronto uno de cada cinco aquí.

Aún me acuerdo de esos tiempos, no tan lejanos, en los que se decía que los españoles no somos racistas. Me parece que a nadie se le ocurre ya repetir esas cosas; en lugar de eso estamos aprendiendo la hipócrita y prudente discreción sobre etnicidades que tan ensayada tienen los americanos.



(PS: Vaya, observo que triunfa Crash en los oscars: debe ser el optimista mensaje de reconciliación que transmite tras un duro planteamiento inicial. Si ya lo decía Jameson --Fredric, no J.J.: la función ideológica de la narración es dar soluciones imaginarias a problemas reales...).


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Retropost: Walk the Line

Retropost #747 (4 de febrero de 2006): Walk the Line

 
Me gusta Johnny Cash, cantando, y sus camisas negras, pero qué cruz ir de gira con él, o casarse con él... Los traumas hipermasculinos de sus canciones los vivía mal que bien en la vida, más una buena dosis de pastillamen, combinación nada recomendable, sobre todo si se riega con bebercio. Geniales están tanto Joaquim Phoenix como June Carter, oops, Reese Witherspoon. La estructura, como bien se ha dicho por ahí, es básicamente la misma que la película de Taylor Hackford sobre Ray Charles, con trauma de infancia por la muerte del hermano, éxito de masas a la vez que desintegración personal, adulterios y broncas familiares adheridas a ellos, drogas y viaje al infierno, recuperación y regeneración. Esta vez no tras una aparición sobrenatural benéfica, como en Ray, sino gracias a la amistad primero y amor después de June Carter: es una película sobre segundas oportunidades, pues, y nos deja al final a Cash instalado no sólo en una buena cantidad de cash, sino también en un matrimonio feliz en lo personal y en lo profesional. Happy end, pues, aunque uno duda que las viriles crisis de Cash se terminasen allí, justo cuando entraba en la edad apta para las mejores crisis, I wonder whether he really did toe the line...

(Bueno, sobre la traducción en la cuerda floja... flojo de cuerda está el traductor).

El tema social de la película es más dudoso que en Ray. Allí iba la cosa del racismo, claro, y se potenciaba mucho lo más bien poco que pudo tener de emblema el frívolo Charles. Aquí la violencia interna más o menos reprimida de Cash se expresa en sus canciones de solidaridad con los presos, canciones que enfatizan su sentimiento de amargura y frustración pero a veces parecen también tener una poco recomendable apología del crimen, de la vida violenta en sí o más específicamente de la violencia contra las mujeres, tíos duros. Puede ser muy cristiano irles a cantar, pero alimentarles el ego y autojustificarlos pues ya no sé. Así queda bien retratado, eso sí, lo que se trasluce en las canciones de Cash, una mezcla de tendencias destructivas y carencia de control con una pasión de perro fiel hacia la mujer de tu vida... vamos, lumpencanciones que explican por qué el country éste se considera canción bastante barriobajera y de la América profunda. América profunda de la que venía Cash sin duda, aunque luego se nos lo muestra bastante más montado en el dólar, como su nombre indica, y más tipo drogota años sesenta que tanguero a la norteamericana. Menuda rivalidad con el padre, por cierto; llevaba a cuestas toda la frustración, incomunicación y desprecio que absorbió de él en la infancia, y si creció Johnny fue sobre todo en tamaño... En suma, una película muy visible, y un tipo poco recomendable. Me encantan sus canciones, sin embargo; just around the corner there’s heartache... esa la canto yo mucho.



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Retropost: Fargo

Retropost #736 (31 de enero de 2006): Fargo




Ayer me visioné Fargo, de los Hnos. Coen (1996), que aún la tenía sin ver, y es la mejor de ellos que he visto sin duda, excelente mezcla de Sam Peckinpah y Almodóvar, violencia insensata convertida en comedia de una manera que la hace todavía más patética e injustificable. Parece, desde luego, un alegato a favor de la pena de muerte si nos fijamos en los dos matones, y una defensa de la decencia y la honestidad si nos centramos en la jefa de policía Marge Gunderson, genial el papel de Frances McDormand, y le dieron el oscar, a ella y al guión, que parece (y está) extraído de las páginas de sucesos de los periódicos, tramposos con estafas familiares, falsos secuestros, matones contratados... hay un Fargo en potencia cada día en cada periódico. Si habíais hecho como yo y os la habíais dejado pasar, no os la perdáis. Por cierto, una nota sobre el título. Los matones son contratados en Fargo (Dakota del Norte) pero la película sucede mayormente en Brainerd (Minnesota). ¿Por qué entonces "Fargo"? Creo que por la expresión "far gone", que se aplica a tres tipos de cosas que coinciden aquí también: a gente que ya no tiene remedio, está gravemente enferma o es incapaz de cambiar, porque la cosa es lo que es y es inútil tratar de poner remedio o razonar con ellos (así los criminales de esta película); también se aplica a una situación que se escapa de las manos, fuera de control (como el falso/auténtico secuestro organizado por el patético Lundegaard / Macy), y también se aplica a avanzados estados de gestación, como el de la jefa de policía Marge Gunderson. Infalible, la jefa, aunque es una improbable heroína y podía haber acabado en la picadora de leña, el azar, nuestras simpatías y el guión la acompañan. En cuanto a los millones enterrados en la nieve sin que nadie sepa de su paradero, son un símbolo de otro elemento muy prominente en la película: la fragilidad de todos los planes urdidos, especialmente de los rocambolescos. Marge, excelente policía, no tiene planes: sólo sigue las pistas que dejan en la normalidad todas las personas con planes, como huellas en la nieve. Si hay alguien para verlas, claro: tantas veces no leemos las señales, que apenas se puede decir que existen.

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Retropost: Munich

Retropost #734 (30 de enero de 2006): Munich

 

Termina Munich con una imagen de Avner, ex-agente del Mosad volviendo a su casa de Brooklyn, tras un contacto (¿oficial?) con su antiguo jefe del servicio secreto. El East River, panorámica de rascacielos, entre ellos las Torres Gemelas-- estamos a mediados de los 70. El mensaje del director está muy claro: aquí tenéis, aquí tenemos, vuestro (nuestro) Septiembre Negro. No cometáis los mismos errores. Porque Munich se presenta como la historia de un error, de cómo la respuesta al terrorismo con el terrorismo no es solución, sino que engendra una espiral de violencia. No es solución, en todo caso, que adopten los poderes públicos, porque siempre se desentienden oficialmente de lo que les prohíben las leyes. Así se acaba encontrando este mercenario (¿o patriota?) en tierra de nadie, sin saber al final si ha hecho mal o bien, si ha trabajado por lo que daba sentido a su vida o lo ha destruido él mismo, porque lejos de exorcizar al terrorismo lo ha colocado en el centro de su vida y de sus temores. Al final, su relación con los poderes que le han encomendado la misión es ambigua, y ha visto el rostro más indeseable donde el poder legítimo pierde su honesto nombre y se codea con el crimen. En este sentido, y en muchos otros, la película se parece muchísimo a Lobo, la película de 2004 sobre un infiltrado en la ETA.

Se ha hablado mucho de la valentía de Spielberg y de las críticas que se ha atraído del ala dura sionista. Pero no puede decirse que no represente al discurso sionista en sus propios términos en la película, en boca de la madre del protagonista, por ejemplo, o de Golda Meir. Y el hecho mismo de escoger como protagonista al agente secreto éste es por supuesto una elección de bando: se nos presenta a Avner como una figura trágica, que siguiendo el destino que elige no sólo destruye el mal que quería destruir, sino que descubre la parte de bien que había en ese mal, contribuye a engendrar más mal, y envenena su propia vida. Eso es trágico, y si bien no llegamos a simpatizar totalmente con la siniestra banda de Mortadelos y Filemones del Mosad, sí es cierto que se nos invita a verlos como seres humanos normales haciendo su trabajo. Eso es una elección. Lo mismo se hace durante breves segundos con los terroristas palestinos, pero los segundos de pantalla, como bien sabe Berlusconi, suponen una gran diferencia. Así pues Spielberg no condena las actividades terroristas del estado israelí; más bien muestra sus causas, contexto y consecuencias, dudosas y envenenadas como dudosa y envenenada es toda opción que se tome en un ambiente envenenado.

Tan importante como lo que se muestra es lo que no se muestra: se nos habla de ataques aéreos contra los palestinos, de 50 o 200 muertos a cambio de los once muertos de Munich, de la escalada de venganza, pero poco de eso vemos, sólo lo que afecta directamente al protagonista. A Avner le parece caro matar palestinos, pero para la aviación israelí no es tan caro, seguramente. Avner, futuro padre de familia se convierte en un terrorista por invitación de la primera ministra sin pensárselo demasiado, y las preguntas obvias ("¿por qué no los juzgamos, etc?") se le ocurren sólo con varios años de retraso, vaya, hasta entonces estaba demasiado ocupado haciendo su trabajo, y algunos extras, una vez cogida la marcha. Ahora, la pasta la cobra puntualmente. Y esto se nos muestra también, pero no se enfatiza, haría desagradable al protagonista. Como si fuese un tío que no duda en poner en peligro a su familia, en comprometer la honorabilidad de su país y en entrar en tratos sucios con criminales de todo tipo, sólo por un beneficio tangible: la pasta, la pasta, que el banco suizo es muy fiable. "No trabajo para usted; trabajo para una cuenta bancaria", le dice a su (¿ex?)jefe, y es cierto, muy cierto. En una película más responsable, menos implicada emocionalmente (y ésta lo está, aunque lo disimule con la frialdad ambiental), la relación del hombre sensible con la pasta aparecería retratada de muy otra manera. Claro que también hay en la personalidad del héroe un cierto trauma edípico, de competencia con el padre, héroe nacional. Los flashbacks que nos remiten una y otra vez al Septiembre de Munich hacen vivir como una crisis personal del héroe aquellos días de septiembre, hasta un punto un tanto forzado, se ve la necesidad del protagonista, y del director, de justificarse por su elección ante el giro dudoso que están tomando los acontecimientos. Así pues, demasiado Munich, y por ahí se le ve el plumero...

Dicho esto, la película es muy buena, no hay que perdérsela. Es magistral presentando la dinámica del día a día del (contra)terrorista, y la ambigüedad y variedad de motivaciones y actitudes de una enorme gama de personas más o menos implicadas en la lucha terrorista y contraterrorista, y cómo el dinero del contribuyente acaba yendo inexorablemente a manos de criminales que sacan tajada a cuenta de los servicios secretos. Mantiene Spielberg la ecuanimidad hasta extremos poco frecuentes en estos casos, presentando al Otro como uno mismo (así en la conversación del protagonista con el terrorista palestino con el que comparte piso franco: si los judíos esperaron dos mil años para tener su nación, lo mismo harán los palestinos). Supongo que son estas cosas las que no le perdonan a Spielberg los fundamentalistas. Pero si lo piensan, no está tan mal, presentar como un héroe trágico a un asesino a sueldo de la caja negra de Suiza, un personaje con las prioridades muy mal puestas. Esa es la única certidumbre que a la que se atiene el protagonista a fin de cuentas: la cuenta. No es lo que dice, claro, ni él ni la película -- pero es lo que hace.


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Retropost: Caché

Retropost #727 (27 de enero de 2006): Caché



Esta película va de un esquizofrénico paranoico peligroso que se dedica a escenificar con su personalidad B toda una historia de persecución y angustia para inquietar a su personalidad A y a la vez regresar a sus traumas y dar satisfacción a sus represiones con un asesinato brutal. El neuras éste (Georges/Auteuil) es un presentador de televisión de éxito, y le parece tan normal a sus colegas y familia (bueno, a su mujer la va alterando un poco, pero si ella supiera...). A cuenta de la guerra de Bush contra el terror, se le despiertan unos traumillas familiares que tenía reprimidos desde la época de la guerra de Argelia (casi ná) y se dedica a orquestar un elaborado montaje. Se envía a sí mismo cintas vagamente amenazadoras con dibujos que aluden a su viejo trauma, y aterroriza a su mujer con la idea de que hay un chiflado que los persigue, que quiere vengarse de ellos. En realidad quien se venga es él: localiza al objeto en el que se han centrado sus obsesiones (era un niño árabe al cual estuvieron a punto de adoptar sus padres); primero lo desprecia e intimida, con ayuda de la policía por cierto; luego lo asesina fríamente cortándole el cuello de un navajazo. Previamente se había colado en su piso para (con su tecnología superior) hacer grabaciones que aparentemente comprometían a ese árabe, Majid (ahora cincuentón). El hijo de Majid se enfrenta pasmado a la evidencia de que no logrará enfrentar a Auteuil-Jekyll con su Hyde. Quizá se conozcan este joven árabe y el asesino Auteuil, es posible el hijo de Majid sea el monitor de natación del hijo de Georges/Auteuil, pero a Auteuil le da igual, y a mí también, "todos los árabes me parecen iguales". Total que Georges/Auteuil no es descubierto por nadie, ni por la policía, ni por su esposa, ni por el espectador (excepto por mí). Es un blanco demasiado retorcido y bien agazapado en un ambiente favorable. Hay sin embargo esperanza para la nueva generación, pues el hijo de Majid sabe separar a su colegui y pupilo de natación de las neuras y crímenes de su padre, ni lo secuestra ni nada en las escaleras del instituto cuando se encuentran. Claro que estos árabes son tan retorcidos que nunca se sabe, igual ha plantado él la cámara que los está enfocando al final...


Bueno, ésta podría ser una lectura tentativa, que utiliza dos premisas problemáticas para algunos: 1) El espectador occidental está implicado en la película, con su mala conciencia a cuestas; 2) No todo lo que vemos en la pantalla se corresponde con una realidad objetiva (de hecho, nada lo hace). Esto nos deja en realidad sin base para hacer una película coherente al modo Hollywood, con un culpable auténtico y una solución; de modo que habría que poner entre paréntesis todo el párrafo anterior, naturalmente. La primera secuencia, magistral, ya nos instala de entrada en una realidad problemática, y a fuerza de intensidad y simplicidad problematiza todo lo que veremos a continuación, infectándolo con diversos grados de hipótesis o probabilidad. (Je, aún recuerdo las críticas que se le hacían a Hitchcock por "tramposo" por haber presentado una mentira en imágenes disfrazándola de hecho objetivo... A algunos les irritará Caché de la misma manera).


Dicho esto, habría que avisar contra la alegorización fácil en esta línea: "Georges/Auteuil = la carga de crímenes del hombre blanco", "Majid/Bénichou = El Tercer Mundo, el Mundo Árabe". Un pequeño problema es que la película necesita también esta alegorización fácil para funcionar. De hecho es lo que es, un problemático constructo que se tiene en el aire sostenido por distintos traumas históricos y presuposiciones que no deberían hacerse pero se hacen. Si hay algo simplista en este mensaje político, descansa precisamente sobre el simplismo de la política internacional y de las actitudes xenófobas de andar por casa.  

Caché es una muy buena película sobre traumas (históricos, personales, aquí en relación problemática) y la manera en que alteran la percepción de la realidad. Poco a poco el espectador se contagia de apofenia y paranoia. No sabemos de qué elementos del trasfondo, o del primer plano siquiera, nos podemos fiar, cuáles encierran una amenaza o una clave para descifrar siniestras intenciones que tal vez estamos inventando. Podríamos colocarla entre las películas donde la realidad flojea. Tanto más flojea cuanto que en esta ocasión no sabemos si la realidad, o el guión, flojea o no, ni por dónde.
Lo que desde luego no flojea es ni la dirección ni el trabajo de los actores. Que salgan tres veces a saludar, por favor.


(Caché. Escrita y dirigida por Michael Haneke. Reparto: Daniel Auteuil, Juliette Binoche, Maurice Bénichou, Annie Girardot, Nathalie Richard, Lester Makedonsky. 2005. Aparte de las principales reseñas de la Internet Movie Database he leído una discusión entre diversas interpretaciones en Leftbehinds ).




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