Más ego. Y la reforma.
Estoy oyendo Geek the Girl, de Lisa Germano, que extraje de la wish list de Amazon del finado Jacques Derrida, así en plan "l'oreille de l'autre" puesto que a él ya no le iba a aprovechar; y es muy recomendable. Podéis escucharla cuando me muera yo, y que siga la rueda.
Con respecto a lo del Oxford Text Archive que me había cogido la bibliografía: bueno, pues han contestado increíblemente rápido, y han corregido algunos los errores que les dije con una rapidez aún más increíble, casi te vuelve la fe en la eficiencia británica. Si lo sé les mando una lista de errores más larga... Pero así ya cubre el expediente. Pues señores, ya pueden disfrutar de mi bibliografía en compañía de los clásicos en el Oxford Text Archive, una lista tal que así:
Franklin, Benjamin
Froissart, Jean
Frye, Northrop
G
Galt, John
García Landa, José Ángel
Gaskell, Elizabeth Cleghorn
Gavioli, Laura
Gay, John
Gibbon, Edward
Gide, André
Gill, Peter
Gilman, Charlotte Perkins, etc.
Ahí estoy por fín donde me corresponde, con clásicos como Laura Gavioli o John Gay. Si bien todos los demás de la lista son sin duda excelentes recomendaciones para una tarde de lluvia, yo recomiendo empezar por Gibbon. Precisamente van a vender dentro de nada en todos los kioscos la Historia del declive y caída del Imperio Romano. Por cierto, Gibbon en efecto era un primate, y Gay sí que tenía un ramalazo si no totalmente homosexual, al menos sí muy homosocial.
Aparte de quienes se van animando a escribir en este blog (versión Blogia), me han llegado comentarios favorables de Luis Muíño, el ex-unicornio de El Lado Oscuro, y de José A. Landa, que no soy yo, aunque la vanity me tiente a automandarme comentarios. Este José Landa bis es un escritor mexicano. Bueno, pues a los dos gracias por seguir inflándome el bloego. Por cierto, que acaba de brotarme en Radio Ohlanda una nueva idea para modificar la ilustración de portada... el lema clásico, "et in arcadia ego," con un toque de egotismo añadido. Pues ahí queda eso, aunque ya se sabe que no hay nada nuevo bajo el sol - vanidad de vanidades, y todo vanidad, dijo el sabio.
Con respecto a la reforma de las titulaciones de Filología: Les pasé el documento de trabajo a los alumnos que llevan elblog de ADEFYL, para que circule la información. Recuérdese el titular que proponía yo para el documento: Con vistas a la convergencia europea, se suprime el título de filología inglesa (francesa, alemana, italiana, etc.), y se introduce el de Filología Asturiana. ¡No por tendencioso deja de tener su buena parte de verdad! Nos han pasado directamente ahora los documentos que ha hecho circular el grupo de trabajo de Filología. Me interesa destacar, para entender cómo se ha llevado el proceso, la siguiente explicación de la representante de Filología Inglesa en dicho grupo: se propuso suprimir las titulaciones existentes de Filología en favor de titulaciones agrupadas como Lenguas y Culturas Orientales, Lenguas y culturas modernas, etc. no por iniciativa propia de la comisión de expertos, sino porque recibieron instrucciones directas de la Directora General, que "desaprobaría" titulaciones centradas en una lengua principal (a no ser, claro, que sea la lengua española, la lengua vasca, la lengua valenciana, la lengua asturiana, etc.). ¿Hace falta explicarlo más claro? Los expertos no son quienes diseñan la titulación: están ahí sólo para hacer el trabajo de base, de secretariado avanzado, y la estructura de las titulaciones viene DICTADA desde arriba. Es decir, toda la parafernalia de proyectos, estudios, reuniones de comisiones, viajes, subgrupos, delegaciones etc. de los expertos universitarios es una mera PANTOMIMA, una CORTINA DE HUMO para disfrazar el hecho de que los delegados de las distintas áreas de conocimiento de las universidades ni han decidido ni decidirán la estructura que se ha de dar a estos estudios. Claro, al final acabarán dando con el proyecto que sí agrada a la Directora General, pero mira, resulta que ese agrado ya estaba dictado de antemano - "vaya, por fin han acertado ustedes, ya han dicho lo que yo quería oír; se disuelve la comisión, gracias por su ayuda." Los proyectos que no gustaban ya se denegaron de entrada, claro. La última reforma también se hizo de una manera igualmente democrática: se designó (desde arriba, y con criterio inescrutable) a un experto de cada área que luego hizo y deshizo a su gusto, con participación tendente a cero de la profesión en su conjunto. Es lamentable que se nos intente vender esta reforma como un proceso para el cual se ha contado constatemente con el asesoramiento experto de las universidades. Más lamentable será aún que alguien se lo crea en esas universidades.
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Con respecto a lo del Oxford Text Archive que me había cogido la bibliografía: bueno, pues han contestado increíblemente rápido, y han corregido algunos los errores que les dije con una rapidez aún más increíble, casi te vuelve la fe en la eficiencia británica. Si lo sé les mando una lista de errores más larga... Pero así ya cubre el expediente. Pues señores, ya pueden disfrutar de mi bibliografía en compañía de los clásicos en el Oxford Text Archive, una lista tal que así:
Franklin, Benjamin
Froissart, Jean
Frye, Northrop
G
Galt, John
García Landa, José Ángel
Gaskell, Elizabeth Cleghorn
Gavioli, Laura
Gay, John
Gibbon, Edward
Gide, André
Gill, Peter
Gilman, Charlotte Perkins, etc.
Ahí estoy por fín donde me corresponde, con clásicos como Laura Gavioli o John Gay. Si bien todos los demás de la lista son sin duda excelentes recomendaciones para una tarde de lluvia, yo recomiendo empezar por Gibbon. Precisamente van a vender dentro de nada en todos los kioscos la Historia del declive y caída del Imperio Romano. Por cierto, Gibbon en efecto era un primate, y Gay sí que tenía un ramalazo si no totalmente homosexual, al menos sí muy homosocial.
Aparte de quienes se van animando a escribir en este blog (versión Blogia), me han llegado comentarios favorables de Luis Muíño, el ex-unicornio de El Lado Oscuro, y de José A. Landa, que no soy yo, aunque la vanity me tiente a automandarme comentarios. Este José Landa bis es un escritor mexicano. Bueno, pues a los dos gracias por seguir inflándome el bloego. Por cierto, que acaba de brotarme en Radio Ohlanda una nueva idea para modificar la ilustración de portada... el lema clásico, "et in arcadia ego," con un toque de egotismo añadido. Pues ahí queda eso, aunque ya se sabe que no hay nada nuevo bajo el sol - vanidad de vanidades, y todo vanidad, dijo el sabio.
Con respecto a la reforma de las titulaciones de Filología: Les pasé el documento de trabajo a los alumnos que llevan elblog de ADEFYL, para que circule la información. Recuérdese el titular que proponía yo para el documento: Con vistas a la convergencia europea, se suprime el título de filología inglesa (francesa, alemana, italiana, etc.), y se introduce el de Filología Asturiana. ¡No por tendencioso deja de tener su buena parte de verdad! Nos han pasado directamente ahora los documentos que ha hecho circular el grupo de trabajo de Filología. Me interesa destacar, para entender cómo se ha llevado el proceso, la siguiente explicación de la representante de Filología Inglesa en dicho grupo: se propuso suprimir las titulaciones existentes de Filología en favor de titulaciones agrupadas como Lenguas y Culturas Orientales, Lenguas y culturas modernas, etc. no por iniciativa propia de la comisión de expertos, sino porque recibieron instrucciones directas de la Directora General, que "desaprobaría" titulaciones centradas en una lengua principal (a no ser, claro, que sea la lengua española, la lengua vasca, la lengua valenciana, la lengua asturiana, etc.). ¿Hace falta explicarlo más claro? Los expertos no son quienes diseñan la titulación: están ahí sólo para hacer el trabajo de base, de secretariado avanzado, y la estructura de las titulaciones viene DICTADA desde arriba. Es decir, toda la parafernalia de proyectos, estudios, reuniones de comisiones, viajes, subgrupos, delegaciones etc. de los expertos universitarios es una mera PANTOMIMA, una CORTINA DE HUMO para disfrazar el hecho de que los delegados de las distintas áreas de conocimiento de las universidades ni han decidido ni decidirán la estructura que se ha de dar a estos estudios. Claro, al final acabarán dando con el proyecto que sí agrada a la Directora General, pero mira, resulta que ese agrado ya estaba dictado de antemano - "vaya, por fin han acertado ustedes, ya han dicho lo que yo quería oír; se disuelve la comisión, gracias por su ayuda." Los proyectos que no gustaban ya se denegaron de entrada, claro. La última reforma también se hizo de una manera igualmente democrática: se designó (desde arriba, y con criterio inescrutable) a un experto de cada área que luego hizo y deshizo a su gusto, con participación tendente a cero de la profesión en su conjunto. Es lamentable que se nos intente vender esta reforma como un proceso para el cual se ha contado constatemente con el asesoramiento experto de las universidades. Más lamentable será aún que alguien se lo crea en esas universidades.
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pompilo -