Bajo la lámpara del dentista
...he pasado hoy varias horas, pero unas cuantas. Que, curiosamente, se me han hecho cortas, no largas, como sería de esperar. ¿Me estaré aficionando? ¿Volviéndome masoca? Mi dentista es muy bueno, ciertamente, pero nunca será para tanto. ¿O serían las drogas que me han dado? (Luego no se fiaban mucho de dejarme andar hasta casa solito...).
De momento no me apunto, como Martin Amis en Experience, o Nabokov en Speak, Memory, a la lista de quienes han descrito en detalle sus desventuras con los dentistas. Esperaré a tener más en común con ellos, aunque sólo sea más desastres.
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