Reinventando la narración
Siguiendo el hilo de un post de ifBook sobre los comics en red llego al artículo de la wikipedia sobre Web Comics y a la teoría del comic en forma de comic I Can't Stop Thinking! de Scott McCloud. Muy secuencial y uniforme parece ser la reinvención que propone McCloud; será que yo tampoco puedo parar de pensar, pero se me ocurre que cada viñeta podría conducir verticalmente, u horizontalmente, o hipertextualmente (o sea en profundidad) a otra viñeta, o a un texto que continuase la historia narrándola, o a una película que la animase (del propio autor o de YouTube), o a fotografías e imágenes periféricas de esa escena, o a diversas músicas de fondo, materiales originales o ready-made de todo tipo reciclados o a medio deglutir... la obra de arte narrativo total, vamos, dentro de los límites del web. Con añadidos de grupos de discusión, foros, flashmobs, expansiones colaborativas o alternativas, tipo fanfiction, o por qué no, una narración wikimultimediada hecha por cientos de personas.... me parece que debo estar describiendo Second Life en cierto modo, cuando se le añadan ciertas potencialidades y detalles, por ejemplo la web dentro de la web. O igual estoy describiendo la web sin más, o quizá First Life. Una narración tan total como la que digo sería inacabable e indiseñable (poco narrativa en suma) aunque pudiese contener episodios de intensa narratividad, como la vida misma. Nuestra noción de la narración necesita un hilito que nos conduzca de un episodio al siguiente, y unas convenciones estables, unos límites impuestos—una cierta mecánica que no lo deje todo a nuestra iniciativa exploratoria, porque allí la narración pasa a confundirse con la vida. El poem unlimited que decía Polonio tiene en realidad pocos adeptos.
¿Es un diario una narración?—les preguntaba yo hoy a los alumnos en clase de comentario de texto. Un diario no es tan retrospectivo como... una novela en forma de diario ficticio, por ejemplo. Me contesta una alumna enfatizando la diferencia de retrospectividad que se da para el escritor del diario (con el futuro todavía por escribir) y para quien lo lee con distancia, una vez terminado o avanzado (y con el futuro ya escrito). Gran parte de la retrospectividad que hace aumentar la narratividad no está en el texto de por sí, sino que estará, o no estará, según los azares de lo que la vida, el autor y el lector hacen con ese texto.
En cierto sentido esto de los blogs personales es una narración multimedia en curso. Con texto, imagen, drama vivo, música y cine, como queríamos. Y con un hilo conductor suficiente. Porque hay muchos materiales absorbidos, y miles de puertas de salida, una por enlace... pero a pesar de todo se mantiene su precaria secuencia y entidad. Y establece sus propias recurrencias, coherencias, incoherencias e ironías, voluntarias e involuntarias, vale decir su propia narratividad. Es, pues, una narración multimedia de las aventuras de la mente (como diría Anatole France), con música e historietas añadidas. La historia del mundo pasado por la web y repasado por uno mismo. No deja de tener su intriga, si alguien lo relee en el futuro, cosa improbable como no sea yo mismo. En todo caso, continúa la historia... Y estoy de acuerdo con McCloud en que no está claro dónde está el final, más allá del horizonte visible quizá. Aunque el último post de la mayoría de los blogs suele caer de improviso, por lo que tengo observado.
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