Il y a longtemps que je t'aime
lunes 27 de septiembre de 2010
Il y a longtemps que je t’aime
Es una película muy recomendable. Una mujer llega tarde a recoger a otra en un aeropuerto. Vamos descubriendo que no se han visto en mucho tiempo. Que son hermanas. Que una, Juliette (Kristin Scott Thomas) viene a pasar un tiempo con Léa (Elsa Zylberstein). Que no es bien recibida por el marido de Léa. Que hay irritabilidad ambiental, silencios extraños. Las niñas de Léa son adoptadas, vietnamitas—su marido no ha querido tener un hijo con ella, por alguna razón. Léa está silenciosa, huidiza, molesta, un poco de más, en el ambiente de su hermana. Vamos descubriendo a qué se debe la separación. El olvido de muchas cosas—porque Léa apenas se acuerda de su hermana mayor, a pesar de lo mucho que se trataron. Juliette ha estado quince años en la cárcel, y no conviene decirlo a los amigos. Pero aún peor es el trauma que arrastra—la razón por la cual estuvo tanto tiempo en la cárcel. Busca trabajo, y en una entrevista le pregunta un empresario, "¿Debió matar usted a alguien, o qué? ¿Su marido?" Y cuando Juliette se lo dice...—"Salga usted de aquí. Váyase." El marido de Juliette, por cierto, se divorció de ella por lo que hizo y no la volvió a mirar. Es difícil para Juliette adaptarse—inesperadamente, el policía ante quien tiene que presentarse cada semana simpatiza con ella, se caen bien... pero él mismo está un poco ido, o rarito, o desconsolado, o traumado, por su separación (es un memorable Frédéric Pierrot, pero es que casi ningún actor destaca aquí, por lo buenos). Juliette está dolida porque Léa no la visitaba en la cárcel, la olvidó—obligada por sus padres. Van saliendo recuerdos, sin embargo. Ahora es la madre de ellas, que aún vive en cierto modo, quien ha olvidado todo, tiene Alzheimer. Pero reconoce a Juliette, la abraza un momento, a Juliette esto le horroriza. Un colega de Léa, Michel, también se siente atraído por Juliette—como el policía amigo, entiende por lo que ha pasado ella, él dio clases en la cárcel, eso le hizo ver el mundo de otra manera. Cualquiera podría estar allí dentro, dice. La película es digna de Rohmer, y hay una cena de profesores, en la que se habla de Rohmer, en la que Juliette se ve acosada con preguntas aparentemente juguetonas, pero en realidad dolorosas, sobre su pasado. Aquí cada cual arrastra su trauma y su silencio; la mujer de Michel murió en un accidente y él nunca habla de eso a nadie. También les cuesta a las dos hermanas hablar de por qué hizo Juliette lo que hizo, pero todo va saliendo. Fue un error lo que hizo, de esos que nunca se acaban de aceptar como tales porque convierten a alguien en lo que es. Pero se entiende en cierto modo—como se entiende en cierto modo, si te lo explican, el bolero aquél de "Nosotros, que nos queremos tanto, debemos separarnos... no me preguntes más". Está llevado de modo admirable cómo la película va sacando el trauma a la luz y a la vez mostrando cómo, si no se supera nunca, sí se sigue viviendo con lo que hay. Quizá un punto de inflexión para Juliette es el suicidio inesperado de su casi-amigo el policía, que soñaba con irse al Orinoco, lejos, nada lo ataba ya aquí, dice. Juliette se da cuenta quizá de que sigue estando en el presente, siempre en el presente, que su existencia no se acabó en aquel instante trágico que la llevó a la cárcel y aquí, sino que sigue teniendo efecto en los demás, y en sí misma, o podría tenerlo ("Sí, estoy aquí ahora", termina la película). Encuentra trabajo, se busca un piso, tal vez acabe emparejándose con Michel. Reanuda su intimidad con su hermana, sobre todo cuando ésta descubre sobre Juliette algo que le indica la medida de su dolor estos años, aunque no se sabe qué exactamente qué puede ser que no se pudiera suponer ya... es un defecto de la película, o quizá una expresión incoherente del trauma que sale a la luz, aunque estaba oculto a la vista. A veces cuesta ver esas cosas. El pasado, claro, continuará donde estaba, aquí, junto con el futuro fantasmal que genera, el que no habría de ser—ese hijo de Juliette que tanto la quería—el pasado siempre presente que acompaña como un punto de referencia ineludible a la vida que se torció. Termina la película con una canción de Barbara,
Dis, au moins le sais-tu
Que tout le temps qui passe
Ne se rattrape guère
Que tout le temps perdu
Ne se rattrape plus.
"I’ve Loved You So Long (2008)."
http://www.imdb.com/title/tt1068649/
2010
Taylor, Ella. "Kristin Scott Thomas Shines as a Child Killer in I’ve Loved You So Long." Rev. of Philippe Claudel’s film. Village Voice 22 Oct. 2008.*
http://www.villagevoice.com/2008-10-22/film/kristin-scott-thomas-shines-as-a-child-killer-in-i-ve-loved-you-so-long/
2010
Ebert, Roger. "I’ve Loved You So Long." Rev. of Philippe Claudel’s film. RogerEbert.com 29 Oct. 2008.*
http://rogerebert.suntimes.com/apps/pbcs.dll/article?AID=/20081029/REVIEWS/810299988/1023
2010
Il y a longtemps que je t’aime. Writer and dir. Philippe Claudel. Cast: Kristin Scott Thomas, Elsa Zylberstein, Serge Hazanavicius, Laurent Grévill, Frédéric Pierrot, Claire Johnston, Catherine Hosmalin, Jean-Claude Arnaud, Olivier Cruveiller, Lise Ségur, Mouss. Music by Jean-Louis Aubert. Cinemat. Jérôme Alméras. Ed. Virginie Bruant. Prod. des. Samuel Deshors. Art dir. Emmanuelle Cuillery. Exec. prod. Sylvestre Guarino. Prod. Yves Marmion. France: UGC / Canal + / Eurimages / France 3 Cinéma / Integral Film / Sofica / TPS Star, 2008.
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