Halbe Treppe
domingo 12 de febrero de 2012
Halbe Treppe
"A mitad de camino" (V Ciclo de Cine Alemán del Siglo XXI) (Zaragoza) | |||||||||||||||||||
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A MITAD DE CAMINO (Halbe Treppe) País: Alemania Año: 2002 Duración: 107 min. Color Dirección: Andreas Dresen. Guión: Andreas Dresen y Cooky Ziesche. Fotografía: Michael Hammon. Música: 17 Hippies. Dirección artística: Susanne Hopf. Diseño de vestuario: Sabine Greunig. Montaje: Jörg Hauschild. Intérpretes: Steffi Kühnert, Gabriela Maria Schmeide, Thorsten Merten, Axel Prahl, Julia Ziesche, Jens Graßmehl, Mascha Rommel, Gregor Ziesche, Christine Schorn. Sinopsis: Chris es locutor de radio y está casado en segundas nupcias con Katrin. Uwe, propietario de un pequeño restaurante, está casado con Ellen. Los cuatro rondan la cuarentena y viven en una ciudad tan insulsa como deprimente, Frankfurt-Oder, en la antigua Alemania Democrática. Chris es íntimo amigo de Uwe. Y Katrin, amiga íntima de Ellen. Lo cual no impide que un buen día Chris y Ellen comiencen una aventura sentimental que, al ser descubierta, hará saltar por los aires el aparentemente perfecto universo pequeño burgués de las dos parejas. Pero, al mismo tiempo, este hecho invitará a los cuatro a replantearse sus existencias |
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Esta sinopsis viene del anuncio de la película, en un ciclo de nuevo cine alemán. No sé si lo habrá, nuevo cine alemán, pero como sea como éste, ya se puede poner las pilas seriamente. Es una historia de adulterio, cuya mayor originalidad es que nunca pareció el adulterio (ni tampoco el matrimonio) más soso, plano y carente de atractivo. Madame Bovary es una heroína romántica al lado de éstos, una Cleopatra (bueno, creo que ese camino lleva en general, últimamente, la heroína de Flaubert, será que vivimos tiempos muy a mitad de camino). Debería ver esta peli obligatoriamente, sin embargo, cualquier joven harto de España que esté planteándose ir a vivir a Alemania, pues todo el ambiente humano que se respira parece seriamente desaconsejable, por lo inerte, carente de motivación, gris, gris, gris.... Tras el affair insustancial que descoloca a dos parejas de amigos, una de las dos parejas se recompone, ya ni me acuerdo cuál; la otra se descompone definitivamente y se separan, para continuar llevando cada uno por su lado, sin duda, una existencia igual de desoladora, sin ideas, sin ilusiones, sin intereses, sin apegos más que postizos, y con intelecto absolutamente nulo. Una planicie moral, y emocional, y ética, y erótica, absoluta, un panorama estepario de barrio residencial, visto por (me temo) un participante. Es una obra de arte de la desmotivación y del realismo de cocina de formica, si la queremos salvar de alguna manera, aunque participa de lo que llamaba Yvor Winters "imitative form", desaconsejando la falacia de dar a la obra de arte la forma o impresión del objeto representado (aquí, la planicie emocional y mental). La peor sospecha que recae sobre la película, pues, es que parece filmada por uno de sus protagonistas. No le hubiera pillado el punto tan bien si no. Como hubiera dicho Rubén Darío, que precisamente no pega nada en semejante ambiente —¡Líbranos, señor!
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