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Retropost: El hombre del tiempo

Retropost #704 (15 de enero de 2006): El hombre del tiempo



The Weather Man. Dir. Gore Verbinski. Written by Steve Conrad. Cast: Nicholas Cage, Michael Caine, Hope Davis, Gemmenne de la Peña, Nicholas Hoult, Michael Rispolli, Gil Bellows, Judith McConnell. 2005. (www.weathermanmovie.com)

Es una película perteneciente al género "película de crisis vital" -- me recuerda más que a ninguna otra a Wonder Boys. Trata del generation gap, de la incomunicación y distancia entre padres e hijos, del trabajo y sus servidumbres, y de cómo la vida requiere que nos adaptemos y maduremos y dejemos muchas ilusiones atrás. El protagonista Dave Spritz (Nicholas Cage), un hombre del tiempo de Chicago, está alienado, gana mucho dinero y aún quiere ganar más, pero mientras su familia se va desintegrando, él cree que la solución es ganar más dinero, tener más y más "Ójala tuviera dos pollas", piensa mientras su futura ex lo manda de compras. Es inmaduro, está aún viviendo a la sombra de su padre, Robert (Michael Caine) que ganó el Pulitzer, e intenta ser escritor como él, pero como escritor Dave es nulo. Al final borra la novela que escribía, y su padre le dice "En esta mierda de vida hay que tirar por la borda muchas cosas". Otra enseñanza del padre: "Ser adulto nunca ha sido fácil. Requiere siempre tomar el camino más difícil". Spritz se resiste a cerrarse posibilidades y a ponerse límites (a crecer encogiendo): está obsesionado con el éxito. Es tan egocéntrico que sólo piensa en sus escritos, o en sus perspectivas profesionales, y no en las enfermedades y problemas y preocupaciones de quienes le rodean. Aquí me reconozco yo, mira -- a ver si me sale una reseña autobiográfica. Bueno, en realidad está pensada la película para mostrar la incomunicación entre generaciones como un signo de los tiempos. En su trabajo, Cagespritz está alienado porque es "un payaso", no es meteorólogo sino un actor que presenta el tiempo contando lo que le dicen, sin tener idea, es sólo una imagen telegénica, y se cabrea cuando la gente lo identifica con su personaje. Nada tiene sentido, el tiempo es impredecible: "Viento. Todo es viento. No hay manera de saber dónde va" -- es la vida en esta película, o la vida de Cage: su padre era "Like a rock", como dice la canción. Pero ahora Spritz tiene que perderlo. Le hacen un funeral por anticipado, cosas de americanos, con discursos ante el futuro muerto, y hasta ahí hace el guión que la cague Cage: la relación con su padre Robert/Caine es incomunicativa, el padre está pasmado por la nulidad de su hijo, lo erróneo de sus prioridades, pero a pesar de todo sigue siendo un modelo para él. Sus hijos son una niña obesa (a quien nadie habla de poner a dieta) y un muchacho "que va en malas compañías"; Cage se pseudocomunica con ellos, los pasea a ratos, mal que bien pone un poco de orden: aunque no pone a dieta a su hija, le compra ropa que le siente mejor y no la ponga en evidencia, y le zurra al pederasta que quería ligarse a su hijo. Pero sus sueños de volver con su esposa resultan ser una ilusión, como su carrera de escritor. Al final consigue su supertrabajo soñado en la televisión nacional, pero seguirá siendo el hombre del tiempo, sólo una sonrisa convencional en una pantalla. Aceptará mantenerse a distancia, la nueva familia americana: nada tiene solución, hay que adaptarse a los tiempos que corren, vivirá en Nueva York y por lo menos no le montará números a su ex y la dejará tranquila con su nueva pareja. Así pues, la crisis de Spritz se resuelve adaptándose a sus auténticas circunstancias, aceptando sus limitaciones y no intentando soluciones que pueden parecer las ideales pero que ni es capaz de imponer ni está realmente dispuesto a hacer los sacrificios que conllevarían; por otra parte están fuera de su control, pues mal puede volver con su mujer cuando ésta ahora lo encuentra sexualmente repulsivo.

Zirtaeb Sanep, que siempre propone lecturas políticas de las películas norteamericanas, también ve esta película no como una historia de una crisis personal sino como una alegoría política. Tiene que ver la película con la macdonaldización de la sociedad. El padre representa otras maneras de hacer, otras relaciones sociales y profesionales que pueden ser las de Europa, o las de Nueva Inglaterra; Cage está atrapado de lleno en la América postmoderna de la imagen vacía y la alienación consumista. "Soy comida rápida", piensa -- todo imagen, es sabrosa pero una porquería, la gente la tira (de hecho el motivo central de la película es cómo la gente le tira todo tipo de comidas rápidas al hombre del tiempo conforme lo ven por la calle: McNuggets, Big Gulps, Frosties... ). Lo vemos en una pantalla dentro de la pantalla, la televisión en la pantalla del cine, mostrada como una ilusión, una pantalla; detrás de las cámaras todo es distinto, un vacío, el hombre del tiempo se mueve ante un fondo verde uniforme haciendo su danza que no tiene sentido más que en una cadena de montaje de imágenes. Hay que aceptar esta nueva América y buscar un sentido a la vida en las condiciones que ofrece, con sus ventajas e inconvenientes, y no creer que hoy podemos pisar roca cuando todo es viento. Cage ni se plantea dejar de ir al Burger King, a pesar de lo que le aterriza encima; y allí vemos imágenes de una gorda empapuzándose de hamburguesas, pero también de un negro, delgado, con aspecto sabio y muy parecido a Michael Caine/Robert Spritz. La hija de Dave será una gorda, su hijo no; será cámara, artista como el director de la película, no un simple actor como Cage. Quizá no todo esté perdido, there’s hope yet, y Cage hace bien su trabajo.

Una película pues sobre las desilusiones necesarias, sobre la aceptación de los propios límites, de la pérdida del amor y de la muerte. Pero optimista, optimista... hay posibilidades en América, y Spritz supera su crisis, aceptando que la vida es una crisis. Y en cuanto a la macdonaldización de la vida... "You don’t need a weather man to know which way the wind blows" (Bob Dylan, "Subterranean Homesick Blues").



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