La flauta mágica
Álvaro lleva una temporada ensayando la primera aria de Papageno con su flauta dulce (no mágica), así que para inspirarlo un poquito, además de unas audiciones de los CDs disponibles, hoy nos hemos ido a ver la película de Kenneth Branagh.
Que nos vuelve a contar el libreto original de Schikaneder, con una muy buena interpretación de la ópera de Mozart, aunque esta vez lo han desviado la temática hacia una temática del gusto actual: pacifismo, mensaje antibélico, etc. Está ambientada en la Primera Guerra Mundial, y hay impactantes imágenes no tanto de los combates (un poco torpiñas éstas) como de las trincheras sobrevoladas, de un gigantesco cementerio militar, y (más artificiosamente) de la tierra arrasada volviéndose en verdes campiñas al final.
Se le ha criticado un poquito el abuso de movimientos de cámara por diseños de animación gráfica, pero bueno, dada la naturaleza artificiosa de la ópera, no desentona casi ningún exceso. Más desentona, si acaso, el intento de sacarle algo de lógica al argumento... con el resultado de volverlo aún más confuso si cabe, claro. Las limitaciones de la historia original quedan más discretas disimuladas en un ambiente fantástico o hierático. Y algo de eso hay también aquí, pero sobre todo está el reciclaje de la historia en la Primera Guerra Mundial, que a pesar de algunas coincidencias curiosas invita más bien a potenciar el absurdo. Aquí Sarastro no es el líder de una secta, sino un benevolente trabajador social, o director de hospital, o de una ONG antibélica. Así que me temo que con esto compra Branagh boletos para que le critiquen los críticos, para quienes nunca da la talla, o la da demasiado, volviéndose grandilocuente...
En fin; interpretaciones y adaptaciones y apropiaciones alternativas del tema masónico de Mozart, por supuesto puede haber, pero a mí esta me ha parecido muy bien en conjunto, para lo que puede dar de sí el material. A Álvaro le ha gustado especialmente Papageno—y hasta Sarastro, hay que ver. Aunque puestos a criticar a Branagh (que yo no voy a ser excepción), hubiera sido más interesante una lectura que le buscase las cosquillas al tema masónico, en lugar de intentar correr un tupido velo sobre él. Pero bueno—la película está enormemente trabajada, superproducida, y seguro que los amantes de la ópera pasan un rato excelente.
Aunque ya he hablado, porque hay mucho morro fino en exceso entre el personal éste. Seguro que no les gusta alguna "resituación" de las canciones, por ejemplo la Reina de la Noche avanzando de pie sobre un tanque, o un coro impresionante cantado por sacos terreros en una trinchera (para una de las piezas más vanguardistas escritas por Mozart). O el dúo de Papageno y Papagena mientras construyen un nido, y con cacareos de gallinas añadidos. Y travellings imposibles a través de ventanas, y pupilas, y espejos... Vamos, visualmente es excelente, y en ocasiones (efecto quizás indirecto de los absurdos argumentales y resituaciones) tiene el toque errático y sorprendente de los sueños. Si es que hay a quien no se puede contentar. Y los que no aguanten la ópera, qué les voy a decir—que se acerquen a ésta a ver si cambian de idea. Si con Mozart pasado por Moulin Rouge no cambian de idea, que no lo vuelvan a intentar.
The Magic Flute. Dir. Kenneth Branagh. Film of the Mozart opera. Libretto by Emmanuel Schikaneder, trans. Stephen Fry, adapt. Kenneth Branagh and Stephen Fry. Chamber Orchestra of Europe / James Conlon. Cast: Joseph Kaiser, Amy Carson, René Pape, Lyubov Petrova, Benjamin Jay Davis, Sylvia Moi, Tom Randle, Ben Uttley, Teuta Koço, Louise Kallinan, Vanessa Ashbee, Kim-Marie Woodhouse, Rodney Clarke, Charne Rochford. Prod. Pierre-Olivier Bardet and Simon Moseley. Cinemat. Roger Lanser. Ed. Michael Parker. Prod. des. Tim Harvey. Set decor. Celia Bobak. Idéal Audience /Peter Moores Foundation / Celluloid Dreams, 2006.*
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