Retropost: Abyectos episodios
viernes, 25 de marzo de 2016
Retropost #777 (22 de enero de 2006): Abyectos episodios
O, si no es mobbing, se le parece. Hoy hemos tenido Consejo de Departamento. Una reunión de muchas muchas horas, en la que se han tratado algunos asuntos de gran importancia, como el futuro de nuestros estudios, elección de comisiones de contratación, implantación de un Máster que se ha concedido al Departamento, etc. Pero me voy a dar el lujo de concentrarme en un punto intrascendente, una mera rencilla departamental sin consecuencias administrativas de ningún tipo, porque en cierto modo me parece reveladora de cómo y por qué pasan muchas cosas de las que pasan en nuestro Departamento (por ejemplo, la implantación de un máster absurdo en un momento especialmente inoportuno, y con criterios que vuelven patas arriba los procedimientos establecidos de tomas de decisiones en el Departamento). Ninguna relación directa, como digo, con este tema: sólo simbólica, o sintomática, como se prefiera.
La cosa venía al hilo de la aprobación del acta de una comisión. El acta contenía un párrafo en el que yo protestaba por el tratamiento insultante e injusto que los profesores (en este caso yo) recibimos en ocasiones de nuestro catedrático el Dr. Collado. En este post doy más detalles de ese episodio. Me intentó disuadir de introducir esta protesta el Director del departamento, considerando que podía resultar ofensiva. Hoy ha vuelto a decir, a modo de prefacio, que lo que yo decía allí era muy fuerte. Tanto el otro día como hoy le he hecho notar que lo que era ofensivo y "muy fuerte" eran las palabras literales del Dr. Collado allí citadas, y el hecho de tener que aguantarlas -- no el hecho de protestar por ellas. Esta extraña inversión de prioridades de nuestro director, según he podido comprobar, era compartida por bastantes personas más en la reunión. En sustancia, el Dr. Collado me llamó vago y escaqueador, y yo protestaba por ese tratamiento abusivo e injusto, a la vez que hacía notar que mi carga docente era muy superior a la del Dr. Collado. El Dr. Collado ha aclarado que esa disparidad, que tras diversas matizaciones y recuentos podemos dejar en 24 créditos míos frente a 14 suyos, se debe a una reducción de docencia que tiene por su labor investigadora. A lo que he respondido que yo, sin reducción, también investigo. (De hecho, me atrevo a pronosticar que cuando se publique la memoria departamental mis publicaciones en lugares acreditados quizá doblen en número a las del Dr. Collado).
Pues bien, el Dr. Collado se ha dedicado a matizar si yo impartía 24 o 27 créditos, etc., en lugar de, por ejemplo, presentar excusas por su comportamiento, o cuanto menos retirar su acusación de "vagancia". Y no contento con eso, ha insinuado que las palabras que yo cito en ese párrafo, donde me llama vago y escaqueador, no se correspondían con la realidad, vamos, que quizá me las había inventado yo.
Allí ya me he cabreado. Parece mentira que una persona a la que se le supone una capacidad para explicar en clase a George Orwell, Animal Farm, 1984, el doublethink y la tergiversación retroactiva de los hechos, tenga el rostro de cemento armado de salir por ahí. Pero es lo que hay. Así que me he visto no sólo acusado de vago, sino además de mentiroso o tergiversador - en un acta, vamos, un documento público que había que aprobar o no aprobar. Como digo, me he enfadado:
- ¿Ah, sí? - he dicho- ¿Así que ahora eso me lo invento yo? Pues había otras personas en la reunión. Igual también lo oyeron. - (Esto de "igual" es un decir, porque esa reunión fue un episodio particularmente violento y audible, por las vociferaciones y manotazos en la mesa del Dr. Collado especialmente).- A ver, de los que estaban, ¿me invento yo algo, o es esto lo que oímos en la reunión? Venga, quien lo oyese, que levante la mano.
Me levanto, miro alrededor. Murmullos, agitación; de los presentes en aquella reunión sólo levanta la mano la profesora Buesa. Los demás, a ver si pasa este episodio rápido y no tenemos que significarnos. Los tres catedráticos están sentados juntos, otean a ver quién se mueve, la Dra. Onega por turnos reconviene por lo bajo o apoya al Dr. Collado. Todo el mundo se mira, nadie levanta la mano. Se me sigue subiendo el cabreo, cosa contraproducente, porque el que levanta la voz parece siempre que está chiflado, claro.
- Vaya, qué pasa, que no veo manos. ¿Nadie lo oyó? Pues eso dijo. ¿Entonces? Bueno, ¡es que esto es increíble, levantar la mano, venga!
Oigo gente sentada cerca de mí que murmura con la cabeza gacha, sí, sí que lo dijo, es cierto (pero no levantan la mano).
Es uno de esos momentos grotescos de la verdad donde la gente se retrata, o se retrata el conjunto de la situación.
- Pero es que vais a dejar la cosa así? ¡Venga, manitas arriba, a ver!
Levanta la mano la Dra. Herrero, que ya se le venía moviendo desde hacía rato.
Pero ahí queda la cosa. Intervienen otras personas en mi defensa, que no habían estado en la reunión, diciendo que más bien procedía que se excusase el Dr. Collado (para luego... más bien aclara el Dr. Collado que él no presta atención a nada de lo que pueda decir o hacer yo). Intervienen otras personas pidiendo que no se traten estos temas en los consejos, que para qué los llevábamos allí, que no los pusiésemos en esa situación violenta a los que no habían estado en la reunión. (De pedir que no se insulte, poco oigo. O sea, que lo molesto son las protestas). Otras personas intervienen diciendo que testigos había, que no les costaba nada decir si la cosa era así o no. En todo caso, nadie disputa que el texto de protesta en cuestión vaya al acta, aunque casi nadie sostenga que lo que ahí se dice sea verdad.
Según el acta, los demás asistentes a la reunión y que son miembros del Consejo de Departamento, o sea que ni vieron ni oyeron o no quisieron acordarse o les falló la memoria o tuvieron miedo o exceso de prudencia, o que no se dejan impresionar ni manipular por personas enfadadas que les quieren hacer levantar la mano, fueron, cito del acta:
"Chantal Cornut-Gentille, Celestino Deleyto, Celia Florén, Luis Miguel García, Ignacio Guillén, Ana Mª Hornero, Carlos Inchaurralde, Rosa Lorés, Hilaria Loyo, Fanny Llantada, Susana Onega, Mª Ángeles Ruiz, Javier Sánchez, Ignacio Vázquez"
(Si alguien no estaba presente en la reunión de hoy, disculpas y que me lo diga. Hay también otras personas que estaban en los dos sitios y no constan en las actas. A esos también los puedo incluir si me lo solicitan).
Catorce personas que se niegan a apoyar la verdad cuando se les pide, frente a dos que sí. Por eso nuestro departamento está como está, y hace las cosas que hace, y toma las decisiones administrativas que toma en ocasiones, e implanta los estudios que implanta. Como digo, a la vez intrascendente y significativo.
El secretario, Javier Sánchez, me dice: "Bueno, en todo caso esto figura en el acta". - "Pues que se quede ahí", digo, "y que conste".
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