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Vanity Fea

Casino Royale

No es un remake de Casino Royale la película, sino una adaptación de Casino Royale la novela. Y se ve muy bien, a pesar de lo larga, con ciertos fallos de ritmo al final, cuando parece que ha acabado el argumento, sólo para volver a complicarse cuando la chica Bond resulta ser (cómo no) traicionera. Y mientras, los ingredientes de costumbre, lujosos hoteles y mansiones de magnates del crimen, tecnología punta o futurista (ya ni se sabe), violencia a mansalva, persecuciones espectaculares, intrigas detrás de intrigas. 

Destaca una secuencia inicial de persecución estilo parkour por una ciudad africana, y destacan por lo bajo las secuencias de partidas de póker excesivamente largas... pero claro, estamos en Casino Royale. Los caballeros con esmoquin juegan partidas interminables y se tratan con cortesía exquisita y glacial en el salón público del hotel, pero cuando se levantan de la mesa a hacer un descanso, y se meten en la trastienda—pues toma brutalidad, espadazos, karate a las costillas, despeñamientos por las escaleras, tiros a quemarropa—hasta que vuelve a empezar la partida y todos se vuelven a sentar en un ambiente de aparente normalidad, tras haberse cambiado a toda prisa la camisa empapada de sangre; con los moretones y cortes en la cara no sé qué hacen. 

Esta es la manera propia que tienen las películas de Bond de acercarse críticamente a la realidad: la cortesía y lujo del Occidente internacional de terminal de aeropuerto y gran hotel, parecen decirnos, no son sino el barniz superficial que cubre la realidad de las cosas, los contactos inconfesables entre los poderosos y el crimen organizado, las guerras industriales y la manipulación de las inversiones (capitalismo viril); el caballero bien trajeado no es sino una fiera inhumana que lucha a muerte y sin piedad en las bambalinas de la realidad oficial, en un argumento que el espectador no acierta a entender bien (¿Estará M a sueldo de alguien? ¿Quién pondría la mano en el fuego?). La confusión argumental y las trampas detrás de trampas vienen a decirnos que estamos indefensos en el mundo, que no nos enteramos, que los resortes del poder están siempre más allá, que lo que percibimos como el orden mundial, o el orden público, o el orden de la comunicación, no es sino una apariencia cuya auténtica cara gentes más expertas y puestas y duras que nosotros (el propio Bond) tampoco alcanzan a desentrañar plenamente. Un mundo en el que los poderosos y admirados, las gentes de mundo, los ricos y sus bellas, son invariablemente canallas de la peor especie. Vestidos de Dior y tratando con soltura al servicio; eso sí.

Algunas cosas no me han gustado. Este Bond es un poco pipiolo (el personaje digo, no el actor, que está genial). Acaba de obtener su licencia para matar y la usa con demasiada ligereza para el gusto de Mm. M. Ésta echa de menos la guerra fría, y claro, no puede presuponerse que Bond conoce aquellos años, estamos empezando de nuevo sin ninguna referencia al pasado del personaje como agente secreto. (Algo que se requiere periódicamente, claro, en el caso de personajes clásicos como superhéroes etc.: la historia avanza y los va descolgando y dejando en un eterno presente imposible). Este Bond, como digo, parece que tenga un pasado, de acomplejado social, según la chica: la dureza de ambos resulta ser una máscara y al final se la quitan en parte, él más que ella, para revelar un corazon tierno y amador y deseoso de cambiar... pues no, hombre, que esto no me gusta; James Bond ni tiene que tener pasado, ni sentimientos; tiene que ser frío, superficial, imperturbable, imposible, una pura máscara sin nada debajo. ¿Bond enamorado, y con la hombría dañada? Anda ya. 

Me quedo con esa visión de un mundo de apariencias, charadas, traiciones, falsedades y máscaras detrás de máscaras. Pero sin autenticidad debajo, por favor, que la autenticidad aquí queda falsa, y lo falsea todo. Los sentimientos son para fingirlos... las chicas.

Casino Royale. Dir. Martin Campbell. Written by Paul Haggis, Neal Purvis and Robert Wade. Based on the novel by Ian Fleming. Cast: Daniel Craig, Eva Green, Mads Mikkelsen, Judi Dench, Jeffrey Wright, Giancarlo Giannini, Caterina Murino, Simon Abkarian, Isaac De Bankolé, Jesper Christensen, Ivana Milicevic, Tobias Menzies, Claudio Santamaria. Metro Goldwyn Mayer / Columbia / Eon / Danjaq / Babelsberg / Stillking / United Artists, 2006.

El señor de la guerra

 

 


3 comentarios

milkyway -

Jajaja, pues mira, yo lo prefiero en cueros. La peli la puedes encontrar en la Fnac, yo me la compré alli y no era muy cara, o si no siempre está la "mala" pero socorrida opcion de bajarla de internet.

JoseAngel -

Pues veré a ver si la localizo, milkyway. Oye, y que a mí también me ha gustado la de Bond. Aunque lo prefiero más inhumano... le sienta mejor el smoking que estar en cueros.

milkyway -

Pues yo también he visto Casino Royale y ha sido de las películas de Bond la que más me ha gustado con diferencia. El Bond más bestia que he visto si lo comparamos con el anterior, que parecia una nenita en las peleas. Un poco prepotente si que es el mozo, pero tiene algunos golpes muy buenos la película. Yo creo que ya era hora de que se dejara el tema de la Guerra Fría un poco de lado y que este agente se adapte a las nuevas amenazas. Está bien el cambio que han hecho. Una película entretenida.
Te recomiendo que veas una película de Daniel Craig si no la has visto: Layer Cake (Crimen Organizado), que va sobre el negocio de la droga. Pedazo de película. Tiene una escena muy buena en una cafetería con el tema "Ordinary World" de Duran Duran de fondo que a mi me encanta, por el "sentimiento" que tiene, jeje, eso si que es desahogarse bien. Te la recomiendo.
Un saludo